Capítulo 21 (Christian)

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¿Cómo que Anastasia se ha ido?, debe de tratarse de una broma, ella no es capaz de hacerme esto.

El miedo se apodera de mí de forma bestial. Pensar en no volver a verla, y más después de lo que la dije, me mata. Ella no ha podido irse así, sin más, sin dar explicaciones, sin despedirse, ¿acaso el adiós del otro día era una puta despedida?, esto no puede ser.

Cojo el móvil. La auténtica dueña de la casa no sabe dónde se ha ido Anastasia, pero yo lo voy a averiguar. Ana debe cogerme el teléfono, se ha llevado a mi hijo con ella, todo esto tiene que ser un malentendido.

La llamo. Gracias al cielo atiende mi llamada. No está todo perdido, igual se ha mudado aquí al lado.

- Ana, no te vas a creer lo que me ha pasado, he ido a tu casa y resulta que me han dicho que te has mudado - Intento decirlo en tono desenfadado

- Ya - No es capaz de responder nada más. Es decir, es verdad que se ha ido

- ¿Es broma no? - Tiene que serlo

- No Christian, me he mudado de verdad - Mi cara es un poema

- ¿Y no se te ha ocurrido avisarme y tal?, al menos podría haberte ayudado con la mudanza - Ya, con eso hubiese sido feliz. Quiero que cuente conmigo joder, porque la quiero, me estoy enamorando perdidamente de ella

- No quería molestarte, ha sido todo improvisado, no lo he sabido hasta ayer - Sin comentarios

- ¿Y cómo se te ha ocurrido?, ¿simplemente querías cambiar de aires así de pronto?, ¿sin contar conmigo ni nada?

- Bueno, me dijiste que seguías con Elena, y yo no puedo verlo, ver como eres feliz con ella, lo siento, necesitaba irme - No puede hablar en serio

- ¿Feliz con Elena?, ¡la he dejado!, te quiero a tí, ¿vale? - Parece mentira que aún no se haya enterado

- No hablas en serio - Está llorando. Lo noto, la conozco muy bien, aún que ella crea que no

- Si que hablo en serio, ahora dime, ¿donde estas? - Quiero que acabe esta pesadilla cuanto antes

- No puedo decírtelo, me he ido porque no quería interponerme en lo tuyo con Elena, no puedo seguir siendo tu amante, me duele, he he enamorado de ti, joder - ¡¿En serio?!

- ¿Qué?, por favor, repite lo último que has dicho - El corazón me da un vuelco

- Estoy enamorada de tí, Christian - Cuelga la llamada

La vuelvo a llamar, pero no responde.

¿Enamorada de mí?, ¿de un gilipollas como yo?, ¡necesito que responda!, ni si quiera me ha dicho donde puedo encontrarla.

Observo mi reloj, se me ha hecho tarde, y tengo que ir a por Clay al colegio.

Llego justo a tiempo para ver salir a mi hijo, hablando con dos amigos suyos.

- Hola papi - Mi niño corre a mis brazos

Atrapo a mi hijo, y le doy un tierno beso en la mejilla. Clay, mi niño, le siento parte de mí.

- ¿Qué tal el colegio campeón? - Finjo estar bien. No quiero que mi hijo me vea mal. No me gusta mostrar mis debilidades y sentirme vulnerable. No me gusta que me vean llorar, y ahora mismo me estoy conteniendo

Estoy fatal porque la persona de la que me he enamorado, se ha atrevido a irse sin más, y encima me lo ha confesado por teléfono como si nada. Estoy realmente en shock, pero trato de disimular

- Bien, ¿tu que tal?, ¿has hablado con Ana? - Mierda. Justo tenía que hacerme esa pregunta

- Bien hijo, vamos a casa - De momento no quiero hablar de más

Como empieze a hablar de Ana, la lío y no me contengo, por eso evito el tema.

Bajo a mi hijo de mis brazos, y le llevo su mochila, la cual pesa un poco. Mi niño mientras va por delante de mí, hablando con dos amiguitos suyos.

Llegamos a casa, Gail ya tiene preparada la comida. Mi niño come mientras ve los dibujos animados, pero yo tengo el estómago completamente cerrado, y no consigo comer. Eso es muy raro en mí.

La depresión, acaba de entrar a mi vida, por suerte Elena se ha ido después de dejarla realmente. Me ha destrozado un poco el mobiliario de la casa, pero no pasa nada. Lo importante es que se ha ido, y no la voy a tener que ver más. Mi niño no está afectado para nada, le veo como siempre, feliz, ajeno a lo que está pasando, mientras que yo estoy destrozado.

Pruebo a llamar de nuevo a Ana, pero sigue sonando su buzón de voz. Intento contenerme como puedo, y me distraigo quitando la mesa, pero no consigo que mis rayadas, se vayan de mi mente.

Ana se ha ido, a pesar de estar enamorada de mí, ¿como ha podido hacer tal cosa?, ¿donde se ha metido?

Termino de recoger la cocina, y enciendo mi portatil. Adelantar trabajo pendiente, me distraerá un poco, al menos eso espero.

- Oye papi, se me ha olvidado darte mi exámen de matemáticas - Mi niño me entrega el exámen orgulloso. Ha sacado sobresaliente. En otras circunstancias estaría más feliz, también debo confesar - Lo tienes que firmar papi - Añade al observar que no respondo

- Muy bien campeón, sigue así y papi te hará un buen regalo - Mimar a mi hijo, es una de mis especialidades

Puedo ser un hombre frío y distante, pero con mi familia la cosa cambia. Mis hijos son mi debilidad, lo es Clay, y el pequeño que viene en camino, Ana directamente es mi perdición. La persona que me ha cambiado, la más importante para mí.

- ¿Un regalo?, ¿lo que yo quiera?, ¿o va a ser sorpresa? - Además de inteligente, es un poco interesado. Es un niño, es normal que sea así

Los niños son bastante egocéntricos e interesados hasta cierta edad. En mi caso, he sido egocéntrico casi toda mi vida, y el karma me lo está haciendo pagar.

- Será sorpresa - Además será alguna chorrada, tampoco puedo mirarle demasiado. Tiene que aprender que aprobar los exámenes, es una obligación, y no se puede obtener siempre un premio material. El mejor premio es la satisfacción de lograr tus metas, eso que sientes cuando consigues algo, esa emoción, no tiene precio.

- Mira papi, te está llamando Eliot por Skype - Es verdad. Malditas mis ganas de hablar con él

Cojo a mi hijo en brazos para que vea a su tío, y atiendo la llamada.

- ¿Qué pasa máquina?,  te veo un poco decaído, ¿a qué viene esa cara?, ¿que tal está mi sobrino favorito? - Eliot y su absurda manía de decir lo que piensa

- Estoy bien tío, ¿tu qué tal?, ¿que haces? - Mi niño siempre preguntando para que se alargue la conversación

- Estoy en Londres con Kate, y ha venido una amiga suya, espera que las enfoco, ahora que están distraídas, como se enteren que las he sacado, me matan

Estoy en shock. No me lo puedo creer. El tonto de Eliot vuelve a enfocarse.

- Oye Eliot, que vamos a hacerte una visita - Así por caridad

- ¿De verdad? - Mi niño me mira más que feliz

- ¿Cómo?, ¿y eso? - No va a ser para ver su cara bonita precisamente

- Me ha dado, ¿no puedo visitarte? - En realidad no es por él, pero bueno

- Vale, se lo voy a decir a Kate...- Le interrumpo

- Mejor no digas nada, quiero darle una sorpresa

- ¿A quién? - Ya lo verá

- Tú cállate, me voy a preparar la maleta - Cuelgo la llamada

MomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora