Capitulo 4

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Su respiración se entrecortaba, se encontraba realmente agitado. No movía ni un dedo frente a esa puerta, algo lo detenía.

. . .

Mikasa salía de la ducha y comenzaba a ponerse un camisón blanco para dormir (lo usaba desde que vivía con sus padres, ya se encontraba algo transparente por el uso y un poco corto para la edad que ya tenía) cuando escuchó fuera de su habitación una respiración bastante fuerte y agitada, más no hizo caso. Procedió a cepillar su cabello y continuaba escuchando esa respiración, ya era más tranquila pero aún la podía percibir, pegó su cara al piso para mirar debajo de la puerta llevándose la sorpresa de que alguien se encontraba justo fuera de su puerta. Se exaltó y sin pensarlo rápidamente abrió la puerta dispuesta a una riña si era necesario, mirando con asombro a la persona que aguardaba detrás de su puerta.

-¿Eren?!
-Mikasa -distrayéndose con el cuerpo de la azabache, pudiendo notar su largas y torneadas piernas, subiendo la mirada para poder notar cada parte de su cuerpo por la prenda desgastada, haciéndolo tragar saliva- Yo... ¿Te hizo algo Jean? -cerrando el puño-.
-Si lo hizo o no, no es de tu incumbencia. Eso me lo habías dejado claro.
-¡Si lo hizo voy a partirlo en pedazos! Ese maldito idiota.
-Ya vete Eren. -cerrando su puerta.
-Espera...!
                   «Mikasa regresa»

                                      .  .  .

Cerró la puerta y no pudo evitar sentir rabia. ¿Con qué derecho se sentía para meterse en su vida?
Derramó una lágrima y su mente no paraba de pensar en por qué ahora le molestaba tanto que ella hiciera su vida, por que hasta ahora...

. . .

Al mirar cerrar la puerta Eren se recargó en la pared para dejarse caer y terminar sentado en el piso sin dejar de mirar esa puerta. Sabía que no podía reaccionar de esa manera pero no podía evitarlo, ella era lo más importante que tenía y él la había apartado. Era algo que no podía aceptar más.

-Mikasa, no me iré de aquí... -con la mirada perdida en la puerta de la azabache- Sabes lo testarudo que soy... -con una sonrisa entre dientes.-

La pelinegra solo tapaba sus oídos, no quería escuchar su voz por el dolor que le causaba. ¿Acaso él lo sabía y no quería que fuera feliz?
Se sentó debajo de su ventana, mirando hacia su puerta, podía visualizar la figura de Eren en su mente.

-Se que soy un estúpido, siempre lo he sido, sobretodo contigo...

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de la chica

-Soy muy impulsivo, quizá sea mi peor defecto. -Pequeña sonrisa- ¿recuerdas todas las veces que llegabas a rescatarme? Siempre fuiste mi cómplice Mikasa, sabía que no estaría solo contigo a mi lado pero quería sentir que podía hacer una diferencia, que podía hacer las cosas por mí mismo y ahí entraba mi peor defecto, dispuesto a hacerlos a un lado. No es justificación, se que te he hecho mucho daño y no lo podré cambiar, solo déjame remediarlo.
Por favor abre la puerta.

De pronto la puerta se abrió. Eren rápidamente se incorporó, entró, cerró la puerta y vio a Mikasa parándose frente a la ventana mirando la enorme luna llena que se vislumbraba. La luz de la luna iluminaba perfectamente esas curvas que denotaban que ya no era la niña de antes. Era una vista fascinante para el ojiverde.

-La luna te sienta bien.
-¿Para eso querías entrar?
-Mikasa... -dando pasos hacia ella- probablemente yo sea la peor persona para ti, probablemente no merezca si quiera que te preocupes por mi, por qué sé que aún lo haces...
-Cada quién merece lo que tiene. -interrumpiéndolo-.
-¿Entonces merezco ese sentimiento?
-¿Que buscas Eren? Hice lo que me pediste, ¿no era eso lo querías por tanto tiempo?

Inesperadamente Eren pasó sus brazos por la cintura de la chica abrazándola por detrás, quedando Mikasa inmóvil.

-Mikasa. Eres la persona más importante para mí. -hablando a su oído- Perdóname...

Mikasa abrió sus ojos como platos, no podía creer lo que escuchaba.
Inmediatamente Eren posó los labios en su mejilla para soltarla y retirarse.
Esa noche ninguno de los dos pudo dormir, solo pensaban uno en el otro.

...

Errores del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora