Errores del pasado

Capitulo 16

-¡Eren, estás vivo! -cambiando sus faccciones a una mueca de sufrimiento- perdoname Eren! No quería dejarte pero Mikasa no podía defenderse.
-Y si no hubieras hecho eso nunca te lo hubiera perdonado Armin.
-¿Pero como saliste de ahí?
-Yo también creí que ya no saldría de ahí, pero de pronto el capitán Levi llegó a ayudarme. Solo veía cómo caían uno tras otro. Ya que habíamos derrotado a los que nos rodeaban me dijo que llamara a los titanes para darle oportunidad a los demás, rugí los más que pude y todos se dirigieron a nosotros.
Como pudimos nos deshicimos de la mayoría hasta que fue posible escapar. Pude ver a Jean como estaba a punto de ser devorado, corrí lo más rápido que pude y logré sacarlo de ahí, pero ya estaba muy mal herido; Armin, si hubiera llegado antes tal vez él estaría aquí. -con un aire de desolación-.
-Salvaste demasiadas vidas Eren, Mikasa está viva gracias a tí y yo también, nuevamente. Por cierto ¿que harás con ella?.
-Ya he estado con ella -No pudo disimular una sonrisa pícara- aún falta mucho por hablar, pero no pienso volverme a separar de ella, ni de ustedes.
-Tienes que expiar tus pecados, no creo que te lo deje tan fácil, pero estoy seguro que te dará otra oportunidad. No vuelvas a estropearlo por favor.
-No Armin, y si lo hago por favor córtame la nuca.
-Tu siempre tan drástico -riendo- pero claro que lo haría.

Al día siguiente se convocó a Eren y los integrantes de la legión, como a los altos mandos, pues se juzgaría el destino de Eren. Se le acusaba de traición tras el abandono de la legión.
La mayoría del escuadrón se oponía ante tal acusamiento; entre ellos sus amigos junto con Erwin, Levi y Hanji.
Comenzó el juicio como hace tiempo atrás, pero esta vez sería por actos plenamente conscientes del ojiverde, él se encontraba dispuesto a afrontar cualquier resolución pues sabía que era consecuencia de su inmadurez. Sus ojos se mantenían puestos en Mikasa, si iba a morir al menos tenía su perdón.

-Reconocemos la falta que Eren Jeager ha tenido hacia el honor de la legión y claro está que no objetamos que merezca un castigo, pero el poder que aún posee sigue siendo una ventaja y la llave para la supervivencia humana. Es por eso que la legión de reconocimiento hace la petición de salvaguardar la vida de Eren afrontando el castigo que le deseen imponer. Recayendo toda responsabilidad en mi nombre. -exclamó Erwin-.

Esa tarde no se pudo llegar a ningún acuerdo tras opiniones encontradas, pospusieron el juicio para el día siguiente y poder dar el veredicto final. Mientras tanto Mandaron al ojiverde a encarcelamiento en espera de la resolución.

Mikasa no tardó en ir con él.

-Eren debes huir, por favor vete!
-Mikasa -tocando su mejilla- debo afrontar mis actos, y si debo morir, que así sea.
-No, fue un error. No puedes morir, no debes. Prometiste que no me dejarías, has algo entonces y cumple tu palabra.
-Haré lo que pueda, pero no me pidas que huya, fui un cobarde, pero no volveré a hacerlo.
-Entonces yo te voy a sacar de aquí, si tú no quieres hacerlo yo puedo hacerlo por los dos.
-Ni se te ocurra hacer una locura como esa Mikasa -tomándo su rostro con las dos manos- No lo intentes ¿me escuchaste? No vuelvas a tratarme así, te lo pido.
-No quiero perderte...
-Y no lo harás -dándole un suave beso-.

El día llegó. Todos se encontraban reunidos dispuestos a saber el veredicto, pero antes de que dijeran una palabra Eren comenzó a hablar.

-Se y reconozco mi culpa, estoy dispuesto a afrontar su decisión, pero antes deben saber que a pesar de haber abandonado el cuartel yo los seguí de cerca. No abandoné por completo la legión, los seguía pues sabía la responsabilidad que mantenía con la humanidad, pero irresponsablemente me alejé de la vista de todos por motivos propios pues no era digno de mantenerme ahí tras actos de los que me avergüenzo. Es por eso que pude ayudarles en la última expedición. Quiero vivir, quiero hacerlo para poder terminar con los titanes, espero tomen esto en cuenta.

La tribuna enmudeció. Unos escépticos y otros tratando de relacionar todos los hechos, hasta que por fin el juez se puso de pie dispuesto a dar su veredicto final.

-Eren Jeager...