Capitulo 10

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Los ojos de Jean se centraron en el ojiverde esperando el momento.
Armin vio la escena desde lo lejos y se acercó presuroso pues sabía lo que podía suceder.

-Eren ¿qué vas a hacer? Deténte, vamos a otro lado. -dijo Armin centrándose en frente del ojiverde.
-¡Quítate Armin!
-No, vámonos Eren. Solo tienes que hablar con Mikasa.
-Este bastardo tiene que saber en qué se está metiendo... ¡quítate! -empujando a un lado a Armin al estar a pocos metros de distancia de Jean.

Sin dejar de caminar y con la mirada fija en su objetivo, empuñó su mano y sin decir ni una palabra su puño se abalanzó contra el rostro de su oponente volteándole la cara.

-¿Que te ocurre demonio?! Al menos debería saber el motivo. -mientras soltaba sus palabras se fue directo hacia él estómago del ojiverde tirándolo al piso y sofocándolo un poco, se colocó encima de éste tirando golpes hacia su rostro, Eren logra asestar un golpe con su rodilla en la espalda del castaño haciéndolo inclinar para tomar sus brazos y darle la vuelta, quedando él encima, dirigiendo golpes a su rostro.

-¿Crees que no sé lo que intentas hacer? -tomándolo por el cuello de la chaqueta- pero lo que no tomaste en cuenta es que primero te mato antes de que alejes de mí a Mikasa -se notaba la ira en sus ojos-.
-Yo sólo quiero que ella esté bien, pero como tú eres un maldito inútil incapaz de hacerte cargo de eso, pues tengo que actuar, así que no me culpes por tu incapacidad con ella estupido- tomándolo por sorpresa dándole un puñetazo en la sien del ojiverde y quitándoselo de encima. -¿crees que siendo un salvaje me vas a asustar? -soltando una carcajada- Eres un maldito animal pero eso lo sé desde un principio, es por eso que no mereces estar con ella.

Esas últimas palabras lo hicieron rabiar, sin trastabillar levantó su pie para propinar una patada en el pecho de Jean tomando inmediatamente su brazo torciéndolo hacia atrás, pasando su otro brazo alrededor de su cuello para después patear su pierna por detrás arrodillandolo.

-Tú no la conoces... ni lo harás -presionando cada vez más su garganta con el brazo- por qué de esta no vas a escapar idiota.

La ira que sentía el ojiverde nublaba su mente, solo sentía como la garganta del castaño se contraía cada vez más entre su brazo. Jean trataba de quitárselo con desesperación cada vez con menos fuerzas, el oxígeno se le terminaba.

-Eren detente ya! ¡Lo vas a matar! -gritó Armin intentándolo apartar, pero no podía ante la brutal fuerza que mantenía Jeager-.

Pronto se acercó Connie para ayudar a Armin, logrando quitarlo a tiempo.
Jean cayó inconsciente, llevándolo inmediatamente a revisión. Mientras Eren solo se recostó en el pasto limpiándose la sangre que había derramado.

Caminó hacia su habitación encontrándose de frente con Mikasa. Él intentó tomar su mano pero en respuesta a eso ella asestó un puñetazo en su rostro con unas lágrimas contenidas en sus ojos.

-¿Mikasa?
-Todo terminó entre nosotros Eren.
-No, no Mikasa -tomándola por la cintura,mientras las sensaciones por el contacto inundaban el cuerpo de La azabache, pero no dejaría que eso la turbara-
-No puedo creer lo que has hecho... y pensar que yo tengo parte en esto... -mirando hacia el piso tomó las manos del ojiverde echándolas a los lados. -Por favor no te me vuelvas a acercar -derramando una lagrima-.
-Perdóname Mikasa, esto no es necesario, no sé qué fue lo que me pasó, pero ya no volverá a pasar te lo aseguro, pero no me hagas esto por favor. Yo solo pensaba en nosotros.

La pelinegra lo hizo a un lado sin decir una palabra y se retiró.

Siguió caminando hacia la enfermería donde se encontró a Jean aún inconsciente y con la cara hinchada tras los duros golpes que le propició Jeager. Ella no podía evitar sentirse culpable tras el atroz comportamiento que tuvo el ojiverde.
Decidió cuidar de Jean hasta que se recuperara, tenía que remediar ese daño de alguna manera, aunque por dentro sentía que el mundo se le venía encima al apartarse de Eren.

Eren en su habitación solo podía pensar en lo estúpido que había sido. Una vez más sucumbió sus impulsos alejando a Mikasa nuevamente, tal parece que Jean tenía razón, él no podría cuidar de ella.
La mente le daba vueltas, sabía que esta vez ella no volvería. Sin poder dormir no encontraba solución a sus acciones, esta vez había ido demasiado lejos así que empacó algunas cosas, tomó su caballo y abandonó el cuartel. Si no podía siquiera cuidar de la persona que más amaba tampoco lo podría hacer con el resto de la humanidad.

Al día siguiente todos buscaban al ojiverde, llegando a la conclusión de que había abandonado la legión.


Complaciendo sus peticiones escribí lo más rápido que pude el siguiente capítulo. Espero les haya gustado.
Saludos ✌🏼

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