꒰ it feels so good ꒱ 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘭𝘪𝘹 ♡

♖. u n o

Bajó del tren con tal sonrisa que apenas le cabía en la cara.

Inhaló.

Exhaló.

-Hola, Seúl.- Susurró para sus adentros. De repente, un chico con un cartel le llamó la atención. El cartel decía claramente Hwang Hyunjin, y lo sostenía un chico bajito, con gafas redondas y con el pelo muy liso y negro. Se acercó al él. ¿Será él?

-Perdona, ¿eres Seo Changbin?- Él chico rápidamente se lanzó a sus brazos cual niño pequeño y Hyunjin comenzó a dar vueltas con él en brazos. No podía creer que por fin conocía a su amigo a distancia. Ese con el que había intercambiado tantísimos mensajes, pero nunca ninguna foto.

-No te imaginaba así para nada.- Dijo Hyunjin cuando lo soltó.

-Yo a ti tampoco.- El bajito tampoco daba crédito. Aquel chico fue su pilar principal cuando más lo necesitó. En aquellos momentos daba mil gracias a que había conocido al chico a través de Twitter. -Vamos, te llevaré a tu casa.

Ambos se montaron en la furgoneta de Changbin y éste encendió la radio. -Has tenido la gran suerte de compartir piso con el cerebrito del curso. Yo vivo en el edificio de enfrente, si algún día necesitas algo, no dudes en llamarme o venir a mi piso, eres bienvenido. Te presentaré a mis dos compañeros cuando vengas, te caerán bien.

-Estoy temblando de miedo.- Confesó el más alto, y el otro se rió.

[...]

La puerta se abrió al segundo golpe, justo cuando Hyunjin iba a golpear la puerta por tercera vez. Changbin le había dejado en la puerta del edificio y habían acordado quedar al día siguiente para comer en su casa.

-Hola.- El alto le saludó.

-Pasa.- Contestó el chico, cortante y frío como el hielo. Hyunjin hizo lo pertinente. Una vez ambos estaban dentro, pudo ver lo que ahora sería su hogar. Era un apartamento abierto, ordenado y espacioso. A la izquierda de los chicos se encontraba la cocina y más allá, el baño. El salón estaba justo enfrente, delante de un gran ventanal por el que se podía ver parte de la ciudad desde el séptimo piso en el que estaban. A la derecha había un par de puertas blancas, al igual que las paredes.

-Tu cuarto es éste.- Le abrió la puerta del primer dormitorio, dando lugar a una habitación con el suelo de madera oscura, a diferencia del resto del piso, que tenía suelos de losas negras. Una cama individual, un armario, un escritorio y una estantería. Nada más. Él estaba en la gloria. Hyunjin y su madre jamás fueron una familia que se considera adinerada. Es más, era bastante humilde, pero jamás les faltó de nada.

-Mi cuarto es éste. No entres nunca sin llamar.- Y dicho esto, su agradable compañero se adentró en su dormitorio sin ni siquiera presentarse.