LA PROTEGIDA.

3. Recuerdos

A mí me toca decir que seré la persona, que siempre estará ahí... para mirarte cuidarte y también expresarte, y dar mi vida por ti.

Panteón Rococó

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«Dariana llegó a casa, sus hermanas estaban jugando en el jardín, Ann tenía 7 años y Lorain tenía 9 años. La saludaron desde la ventana y le lanzaron dulces besos, ella les correspondía de la misma forma.

»¿Vienes a jugar? le preguntó Ann, ella les sonrío y les comentó que solo iría a cambiarme.

»Su mamá estaba en la cocina, se podía percibir el olor a lasaña — ¡Que rico! — gritó a su mamá.

»Lo sé cariño, lo hice especialmente para ti —ella le respondió, «Dariana, sonrió sintiendo especialmente feliz, porque hoy era su cumpleaños».

Denisse bajó para darle un fuerte abrazo y una pequeña cajita de terciopelo con un moño, ella era su otra hermana mayor tenía 19 años y Dary 17.

»Pronto estará la comida —avisó su mamá. La joven observó en la mesa el pastel que seguramente ella le había preparado...se sentía tan dichosa, observó también que había unos regalitos, seguro eran de sus hermanitas.

»Subió rápido a cambiarse de ropa, ya que traía el uniforme escolar, cuando escuchó un golpe fuerte en la puerta y gritos, trató de distinguir «¿qué sucedía?».

»De pronto apareció Denisse corriendo, pidiéndole que me escondiera en el ático.

»¡Date prisa!, le escuchó gritarle; la joven le imploró que viniera con ella, pero ella le respondió que ya era tarde, que ya la habían visto subir—, «te amo» —fue lo último que le escuchó decir.

»Mientras ella escondía observó, cómo tomaron por el cabello a su hermana y la bajaron así, ¡comenzó a llorar! Escuchó sus gritos y después solo pudo percibir un sonido estruendoso, imaginando que se trataron de las detonaciones de un arma.

»¿Falta una? —escuchó la voz de un hombre decir

»Pero ¿Cómo? —otro hombre respondió.

»¿No es ésta la que entró?

»No... búscala, aquí hay una foto familiar, hay una más—gritó.

»Vienen por mí—sollozó

»¿Dónde estás perra? No te escondas, te encontraremos y te irá peor, vas a pasar por todos los que estamos aquí—escuchó gritarle.

»Dariana comenzó a sentir que le faltaba oxígeno, trató de controlar el miedo que sentía, creyó que la iban a escuchar por la manera que intentaba jalar aire desesperadamente, «Van a escuchar mi llanto» ¡Estoy perdida!, pensó para sí misma.

»Te dije que te encontraría... observó cómo iban abriendo la puerta y sintió como la tomaron por el cabello.

»Vaya, vaya pero que hermosa eres, te parecías a la difunta de tu hermana.

»Entonces la joven lanzó un grito desgarrador, ¡el dolor que sintió era tan profundo! Que ya nada le importó, la bajaron a rastras por las escaleras, estaban cuatro sujetos esperándola, la tomaron por el cabello, le alzaron el rostro y le dieron una bofetada.