Dedicado a: Álvaro R. Alvarado
○○○○○○○○○○○○
Por ella, la de cabello castaño y rostro sonriente, que una sonrisa, da vida e ilumina el ambiente. Por ella, el único motivo de ir a ese lugar. Pues sin ella no habría porque regresar.
Ignacio Pasco Olortegui.
○○○○○○○○○○○○
«Dariana se fue acercando a una banca, para esperar a Eduardo, cuando sintió que la sujetaban por los hombros de manera brusca, empujándola hacia la pared, golpeándole la frente contra esta.
—Creíste que te desharías de mí... 'Bonita'».
—¡Dante! ... —exclamó, al ser sorprendida por él.
El sujeto la tomó por el cuello e impactó una vez más contra la pared, entonces, la sangre comenzó a escurrir por su frente.
— ¿Por qué? —preguntó.
—Tu padre, me prometió poder trabajar junto a él—enarcó una ceja—. Cuando te dispararon, se me hizo una gran oportunidad hacerme tu salvador—, sonrió victorioso— pero cuando nos dimos cuenta de que habías perdido la memoria, se me abrió una gran oportunidad para hacerme pasar por tu esposo, y tener ganancia triple, «ascender de puesto, emparentar con tu familia y revolcarme contigo» —enumeró con sus dedos—. Nunca lo supiste porque lo mantuvimos oculto, pero Denisse y yo tuvimos una relación a escondidas, yo estuve allá cuando todo sucedió...—pasó saliva con dificultad, sintiendo un nudo en su garganta.
— ¿Denisse? —repitió sin comprender, entonces, nuevamente la volvió a impactar contra el muro, la vista de la joven, se comenzó a nublar Dary, estaba consciente que estaba a punto de perder el conocimiento.
Momentos después, un golpe más llegó y todo se nubló...
Justo cuando Eduardo, se acercaba, observó perfectamente la figura de un hombre sujetando a una persona desde la distancia en donde se encontraba, no le agradó lo que vio, sintió un vuelco, «¡algo no andaba bien!», pudo sentirlo, sabía que podría tratarse de ella.
Aceleró, hasta llegar a esa escena. Al darse cuenta que se acercaba un auto Dante, corrió dejándola caer sobre la nieve. Eduardo se detuvo derrapando las llantas de su vehículo, salió lo más rápido que pudo.
—'Dios', lo sabía... ¡Dary! —el joven, se lamentó por no haber llegado a tiempo, a continuación, Eduardo, la encontró inconsciente, distinguió perfectamente que estaba respirando, pero no se atrevió a moverla, sabía que podría tener algún golpe que pudiera comprometer su situación, entonces, solicitó una ambulancia. De inmediato llamó a Alessandro, para que lo alcanzara en el hospital.
Horas más tarde, Eduardo, se encontraba frente a la ventana de la habitación, observando hacia la calle, preocupado ya que Dariana, llevaba mucho tiempo inconsciente y eso era inquietante; el médico que la atendió se los hizo saber. Comenzó a caminar de un lado a otro afligido, cerrando y abriendo sus puños, entre la impotencia y la furia que sentía ante el ataque de su novia.
—¿Han sabido algo del agresor? —Eduardo cuestionó a Alessandro, quien entraba a la habitación para saber de Dary.
—No—Alessandro, lo miró fijamente a los ojos, haciendo notar su enojo.
—Solo tenemos un sospechoso—Eduardo, mencionó frunciendo el ceño.
—Lo sé, hay que esperar para que Dariana, lo confirme—respondió con tristeza, al observar la inconsciente sobre la cama de la habitación—voy a salir a la oficina, cualquier cosa házmela saber por favor, regreso más tarde—el joven, palmeó el hombro de su amigo, para tratar de reconfortarlo y salió del lugar.
ESTÁS LEYENDO
LA PROTEGIDA.
RomanceDariana es una chica de veintidós años que, para poder sobrevivir, tiene que dejar su vida atrás. Huir de un pasado cruel que la ha hecho desconfiar de todo el mundo. Con el alma partida, Dariana tratará de comenzar una nueva vida. Eduardo es un com...