12. Búsqueda

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Madrid España.

«—Maldita sea—escuchó lanzar un objeto al suelo—. Eduardo no me la va a volver a quitar—sentenció en tono severo su papá.

'¡Eduardo!, ¡Eduardo!', su mente comenzó a procesar ese nombre, no dejaba de darle vueltas, se fue haciendo para atrás, despacio para que no la escucharan. Cuando de pronto, alguien la tocó por el hombro, entonces ella dejó caer la jarra, fue inevitable que se escuchará como esta se hizo pedazos, al caer y estrellarse en el piso».

La joven, giró en su eje para ver de quién se trataba. Entonces observó que Doña Sofía, estaba justo detrás de ella. Denisse tenía los ojos llorosos.

—¿Qué fue ese ruido? —la voz de Leandro la hizo temblar, su respiración era agitada, presionó sus labios en una línea para evitar llorar.

—Voy a ver—. Se escuchó la voz de Dante decir.

Movió la cabeza a ambos lados sintiéndose desesperada.

—Tranquilos soy yo—, Doña Sofía se adelantó a responder— bajé por agua y se me resbaló la jarra. Dante, se asomó del despacho.

—Buenas noches Doña Sofía, ¿necesita ayuda? —preguntó.

—No querido, vendrá Gloria, a limpiar, me voy a dormir, buenas noches.

Dante, se giró y regresó al despacho.

—Te alcanzo en unos minutos cariño—. Leandro le respondió.

Denisse, salió detrás de uno de los sillones donde se escondió. Le regaló un beso a Doña Sofía, y se fue lo más rápido que pudo, puso el pasador a la puerta y se aventó sobre la cama; luego de calmar el nerviosismo que sintió, al casi ser descubierta por Dante; no consiguió dejar de repetirse ese nombre... ¡Eduardo! Por lo que no pudo pegar el ojo el resto de la noche, supo que necesitaba averiguar.

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A la mañana siguiente.

—Hola Denisse podemos hablar—le preguntó Doña Sofía, al momento que la joven se acercó al comedor del jardín—. Ven siéntate, aprovechemos que tu padre y Dante han salido de viaje, dime, ¿Qué sucedió anoche?

—Nada yo... me resbale y la jarra se me cayó.

— ¡No me mientas! —expresó Doña Sofía, subiendo el tono de su voz.

La joven, hizo un puchero, «no sabía si confiar en ella».

—Los escuchaste hablar, ¿verdad? —le preguntó

La joven, agachó su mirada, mordió su labio inferior.

— ¿Quieres saber la verdad de todo esto? —Doña Sofía la miró fijamente a los ojos.

Denisse, levantó la mirada sorprendida —¿usted la sabe? —la cuestionó.

—No, solo lo que tu padre quiso que supiera, me pareces una buena chica. Escúchame bien, tu padre guarda en uno de sus cajones una cámara fotográfica, desde que tú llegaste, la guarda bajo llave, lo he visto en algunas ocasiones observar lo que hay en ella—. Denisse recordó haberlo visto viéndola.

—Tómala y si descubrimos algo más, yo te ayudaré a encontrar la verdad, soy una mujer de palabra—le afirmó—. Anda corre, aprovecha que hay tiempo, yo te estaré esperando en tu habitación.

Denisse, entró a su despacho, abrió el cajón donde observó que guardaba la llave, sin embargo, no la encontró.

— ¡No, está! —lo mencionó desesperada.

LA PROTEGIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora