11. Denisse

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Madrid, España.

Siete meses atrás...

— ¿Puedes recordar algo? —le preguntó un hombre, vestido de blanco.

—Ella, movió la cabeza negándolo.

—Es normal, después del accidente que has tenido. No te asustes, te llevará un tiempo ir recordando cosas, pero lo harás. Volteó a ver su expediente—eres...

—«Denisse» —respondió otro hombre —. Soy Leandro Larios, su padre

— ¿Puedes recordarme hija? —le preguntó.

—Movió la cabeza negándolo.

—Veo que ya estás respirando normal, se te van a quitar el equipo que te impide hablar, vas a tardar un poco en hacerlo, no desesperes, se te va a llevar a hacer unos estudios, estás evolucionando bien, después del coma en el estuviste—mencionó el hombre que la atendió.

Tocaron a la puerta—pase—pidió el médico.

—Cariño, me acaba de avisar tu padre que te van a retirar el respirador, estoy tan feliz por eso... He estado muy preocupado por ti.

— ¿Me reconoces? —preguntó. La joven, recostada en la cama del hospital, volvió a mover la cabeza negando.

—Soy Dante, tu marido—respondió sintiéndose muy orgulloso

—No la perturbes—. La chica, escuchó decir al hombre que estaba a lado del doctor.

Entonces al sentirse confundida, su respiración se comenzó a tornar agitada. «¿Por qué no los logro recordar?», se cuestionó.

—Por favor salgan, Denisse se está alterando—pidió el médico.

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Una semana después...

Denisse, comenzó a pronunciar algunas palabras, un par de enfermeras, intentaron ayudarle a levantarse, para comenzar a caminar, utilizando una andadera para que pudiera apoyarse, ahí le explicaron que estuvo casi dos meses en coma.

Mientras la joven, estaba perdida, su padre y Dante habían estado pendientes de la chica, 'todo el tiempo'.

Después de que Leandro, se fue a su casa, para arreglar algunos pendientes. Dante, se quedó al cuidado de ella.

— ¿Cómo te sientes le preguntó Dante?

—Mejor, gracias—Denisse respondió.

El hombre, se acercó a ella, rápidamente y sin dudarlo ni un segundo, pegó sus labios con los suyos, ella trató de hacerse hacia atrás, pero la almohada no se lo permitió, sintiendo la intrusión de su lengua. Denisse, se sintió extraña, se llenó de asco, cuando la besó.

—Te extraño bonita —escuchó decirle.

—Yo...deseo dormir —la joven, solicitó.

—Si claro, descansa—Dante, salió para comprar un café.

Horas después...

—Denisse, hija despierta—escuchó a su padre decir, hora de dejar el hospital—le sonrió.

Leandro, la ayudó a levantarse—. Creo que será mejor que salga suegro—Denisse, escuchó a Dante decir—mi mujer tendrá que cambiarse, yo la ayudaré—el hombre sonrió ampliamente. Entonces Leandro, lo miró seriamente.

—Es verdad— dijo molesto—tu esposo, te ayudará—mencionó en tono áspero—esperaré afuera.

Dante la tomó por la cintura, para ayudarle a quitar la bata, por instinto la chica, sujetó su mano y la torció.

LA PROTEGIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora