Una semana después.
Muy temprano tocaron a la puerta; el teniente Arnulfo, se presentó con cinco personas, dos de ellos se entraron con él, y los demás se quedaron afuera. La única agente, hizo sentirse incómoda a Dariana, la tal Rosalba porque no le quitaba los ojos de encima a Eduardo, sabía que era algo natural, porque su novio, era un hombre muy atractivo, se le marcaban los músculos, por donde lo vieras, además de ser un hombre alto tenía esos hermosos ojos avellana y esas facciones tan masculinas
«Pero ¡qué descarada!», Dariana pensó para sí misma. Se salió de su pensamiento al escuchar la voz del teniente.
—Hola Eduardo, ¿cómo va todo?
—Todo tranquilo teniente—respondió él.
El teniente se sentó unos minutos, jurarían que le notaba inquieto, su actitud no era igual a la de siempre, forzaba sus nudillos, se notaba que los presionaba duro.
Cuarenta y cinco minutos después, tocaron a la puerta nuevamente, él se levantó para abrirla, impidiendo que fuera Eduardo a abrirla. Su voz sonó muy emotiva al encontrarse con la persona que estaba tras ella.
— ¡Pasa mi querido amigo!, te estaba esperando—se escuchó decir al teniente, su voz reflejaba alegría.
Entraron por esa puerta.
«¡Ese hombre es!»... Eduardo y Dariana se quedaron impactados, completamente sorprendidos.
—No vas a saludarme... 'Hija'—. Dariana lo escuchó decir
—¡Dariana, Dariana!, ¿me escuchas? —le habló su padre.
— ¡Dary! —la voz de Eduardo, fue lo último que escuchó, antes de desvanecerse.
—Bonita, me escuchas, ella abrió los ojos de a poco, vio a Eduardo sentado a su lado.
— ¿Cómo te sientes? —preguntó preocupado.
— ¿Él... es real? —ella respondió con otra pregunta.
—Sí, está aquí —Eduardo respondió secamente.
— ¿Tu...lo sabías? —lo cuestionó sollozando.
—No, estoy tan sorprendido, como tú—Eduardo la abrazó brindándole un poco de consuelo.
—Todo estará bien Dary—el joven, besó su frente. Sabía que lo que venía no iba a ser sencillo para ella. Inspiró preocupado.
—Prométeme Eduardo que no permitirás que nos separe, por favor, ¡promételo! —era lo único en lo que podía pensar Dary.
—Te lo prometo—lo escuchó decir en tono firme y seguro.
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Leandro Larios, 'el padre de Dary', se encontraba en la sala. Dariana salió de la habitación sosteniéndose por Eduardo. Inmediatamente Leandro se dirigió a él.
—Que gusto verte, ¡gracias por cuidar de mi hija! —. No ha sido nada comandante—Eduardo respondió en tono aplanado.
—El placer de volver a verlo es mío—Eduardo agregó cortésmente.
— Traje apoyo, Rosalba y Salvatore estarán a tu servicio en lo que quieras ocuparlos, los puedes llamar cuando sea necesario, le entregó un móvil que tenía registrados sus números. Están a tu cargo desde ahora, los otros se quedarán de planta aquí, para estar vigilando la zona desde afuera—Leandro le explicó la finalidad de llevar a cinco agentes más.
—Si gracias—Eduardo respondió cautelosamente.
—Yo los dejo solos para que puedan charlar—Dariana volteó a verlo, con ojos recriminatorios por dejarlos solos, le suplicaba con la mirada que no se fuera, que no la dejara sola con él.
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LA PROTEGIDA.
RomanceDariana es una chica de veintidós años que, para poder sobrevivir, tiene que dejar su vida atrás. Huir de un pasado cruel que la ha hecho desconfiar de todo el mundo. Con el alma partida, Dariana tratará de comenzar una nueva vida. Eduardo es un com...