15. Equipo

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«Después de los acontecimientos que han pasado, de haber encontrado al traidor, nuevas hipótesis surgieron por lo que el comandante y Eduardo solicitaron apoyo».

Momentos más tarde, el equipo llegó a las oficinas de la Élite, la agencia especializada en delitos graves «ADG», el ambiente se sintió tenso, aunque Francesca, había pedido ver a Dary, no lo habían creído oportuno, ya que la agente, estaba muy afectada y la situación de Dariana, no era sencilla.

Para la hora que llegaron a casa de Alessandro, Dary y Sarah ya estaban dormidas Alessandro, se despidió para irse a acostar, mientras Eduardo, le solicitó un par de cobijas para recostarse en la sala, ya que no deseaba despertarla, últimamente no había pasado noches tranquilas, las pesadillas se volvieron recurrentes, había repetido constantemente la noche en que la laceraron.

Solo entró a la habitación a darle un beso y por un pijama, lucía tan tranquila, mientras que lo hacía, Eduardo, se dio un golpe por no encender la luz, una maldición se le escapó, a parte del quejido que trató de callar al darse en la espinilla con la punta de la base de la cama.

—Era mejor que encendieras la luz—. La escuchó decirle, además de, que percibió su risa burlona.

— ¡Mierda, te desperté! —comentó reprimiéndose—. Hola bonita, no deseaba despertarte, solo venía por un pijama.

— ¿Cómo? —Dary, preguntó.

—Pensaba dormir en la sala.

— ¿No deseas dormir junto a mí? —. Eduardo escuchó decepción en su tono de voz.

—Yo... no quería despertarte.

— Eso suena a pretexto—la joven, respondió bajito— ¿Está todo bien? —indagó.

—Si— Eduardo respondió—, solo que, me siento muy cansado.

— Ven te hago un espacio—Dariana, susurró con voz adormilada, moviéndose para dejarle lugar para que se recostara.

— ¿Qué tal tu día? —Eduardo, le preguntó bajito, mientras se cambiaba de ropa.

— Me siento extraña, no sé qué hacer—, comentó sin ánimo— ¿Nos quedaremos mucho tiempo por aquí?—Dary, cuestionó—, no tengo recuerdos, no sé en qué ocupar mi tiempo.

—Ya pensaremos en algo—Eduardo se recostó a su lado, la sostuvo en sus brazos, acarició su hombro, su cuello, sintió la tibieza y suavidad de su piel. No pasó mucho hasta quedarse dormidos ambos.

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Muy temprano llegaron a la casa de seguridad donde hacían reuniones extra oficiales; el comandante Giovanni se encontraba esperándolos...

Alessandro y Eduardo llegaron juntos, no pasaron más de diez minutos cuando llegaron los demás integrantes de su equipo.

— Vamos a trabajar con otro equipo, he solicitado que vengan para apoyarnos—, escucharon hablar al comandante Giovanni, al que le llegó un mensaje de texto, el cual respondió inmediatamente, en ese momento, las puertas se abrieron, observaron entrar al teniente Arnulfo Alvarado.

El teniente y el comandante se dieron un abrazo fraterno, por lo que sabían de ellos incluyendo al comandante Leandro Larios, estudiaron y colaboraron juntos, de ahí venía un lazo especial entre ellos.

Sin poder evitar, los agentes, se sorprendieron al ver entrar al equipo del teniente, vaya que no era para menos, viajar desde su país hasta Ámsterdam, observaron entrar a David, Karyme, Oscar y René.

LA PROTEGIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora