En algún lugar de la Ciudad de México.
Momentos más tarde en una reunión con el teniente, quien estaba furioso:
— ¡Quiero soluciones ante tantas pendejadas hechas el día de hoy! Pero también ¿quiero saber que jodidos pasó? —espetó el teniente Arnulfo
—¡Te escucho David! —lo miró con seriedad.
—teniente yo... solo entre a la tienda y cuando salí ya no estaba, logre ver a Eduardo, conducir a toda marcha tratando de alcanzar un auto y me moví para también poder acercarme. Lo demás es historia.
—Eduardo te escucho ¿Qué hacías ahí?
—Desde que regresé de Colombia quise estar pendiente de ella, a distancia, por supuesto.
— ¿Por qué? —preguntó el teniente.
—Se lo debo a...su familia—Eduardo titubeó brevemente.
—Karyme ¿Por qué lo permitiste?, ¡Es tu compañero! —le gritó el Arnulfo.
—Yo, lo intente señor, pero entiendo las razones de Eduardo —Karyme mordió su labio inferior, conteniendo la ira que le hacía sentir al pensar que él deseaba estar cerca de la chica.
—Vaya parece que aquí el único imbécil soy yo, porque doy las órdenes y mi equipo hace lo que les da la gana—gritó fuera de sí, el teniente Arnulfo.
—Señor, pero si Eduardo no hubiera estado pendiente de ella, ella no...
— ¿Crees que no lo sé? agente Karyme—los fulminó con la mirada—. Lárguense los tres, mañana les diré que es lo que haremos—Arnulfo ordenó furioso.
○○○○○○○○
Eduardo llegó a su casa, estaba que se lo llevaba la jodida... recordó verla besándose «con... ese hijo de puta». Revisó su móvil y se sintió más jodido aún, al leer un mensaje de número desconocido...
«¿Qué tal te pareció el beso que le di a Dariana? Estoy seguro que estás a reventar del jodido coraje. 'Lo conseguí'... jajaja Saludos... David».
El joven, lanzó todo lo que estaba a su paso Dary, era la que menos tenía la culpa de todo esto y ese imbécil intentando competir con él.
Sintió tanta necesidad de estar cerca de Dary, tres años fuera de su vida, lejos del país intentando acabar con esa mierda para que ella pudiera tener una vida; una vida que le arrebataron, tragándose todo lo que sentía, controlando sus emociones, sus impulsos de llamarle.
Nuevamente comenzaron a llegar mensajes de texto...
Karyme: ¿Cómo estás? ¡Me quedé preocupada!
Eduardo: Todo bien.
Karyme: ¿Quieres que vaya? ¿Necesitas hablar?
Eduardo: ¡No!
Cuarenta y cinco minutos después escuchó que tocaban a su puerta...
— ¡Hola!! Eduardo, sé que me pediste que no viniera, pero estoy preocupada—gritó Karyme.
—Hola... ¿Eduardo?
El joven, salió a abrir la puerta—'que necia mujer' «le dije que no viniera», con sus gritos despertará a todo mundo—abrió enfadado.
—Yo...estaba preocupada —Karyme sabía perfectamente que Eduardo, se molestaría al haber ido.
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LA PROTEGIDA.
RomantizmDariana es una chica de veintidós años que, para poder sobrevivir, tiene que dejar su vida atrás. Huir de un pasado cruel que la ha hecho desconfiar de todo el mundo. Con el alma partida, Dariana tratará de comenzar una nueva vida. Eduardo es un com...