Una Selección Diferente

IV

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Era viernes, de modo que el noticiario Illéa, el Capital Report sería a las ocho. No es que estuviéramos obligados a verlo, pero resultaba conveniente. Incluso los Ochos —los sin techo, los vagabundos— se buscaban alguna tienda o alguna iglesia donde pudieran ver el Report. Y con la Selección en ciernes, era algo más que aconsejable. Todo el mundo quería saber qué sucedía al respecto.

—Espero que ya anuncien a las ganadoras esta noche —dijo Kira, mirándose con la cámara frontal de su celular.

—Idiota, usa el cerebro por una vez —dice Austin sin levantar la vista del infomercial—. Todas las candidatas tienen aún nueve días para presentar sus solicitudes. Probablemente no sepamos nada hasta dentro de dos semanas, hasta yo lo se y no soy participante.

—Ay, esta espera será eterna —se quejó Alessia. Alessia debía recalcar cada que podía la Selección, ya que como no podía presentarse debía llamar la atención de alguna manera.

—¿Cómo estuvo la fila? —intervino papá. Me sorprendió que quisiera tomar parte en laconversación.

—Muy larga—respondí—. No esperábamos que hubiera tantas chicas. No sé por qué van a esperar nueve días más. Juraría que toda la provincia se ha apuntado ya.

Papá chasqueó la lengua.—Te habrás divertido haciendo cábalas sobre tus posibilidades

—Ni me he molestado —respondí con sinceridad—. Eso déjaselo a Kira y a Gwen.

Ellas asintieron.

—Pues sí, ¡es imposible evitar darle vueltas al asunto! —respondió Kira como si fuera algo obvio.

—Pero creo que las cuatro íbamos muy bien, arregladas pero natural —intervino Gwen—. ¡Hubieras visto como iban algunas, papá! ¡Cual payasos de circo! Pero si realmente se fijan en el aspecto, en lugar de elegir por sorteo, creo que cualquiera de nosotras tiene aun mas posibilidades de ganar.

—No sé —dije—. Había una chica que llevaba tanto pintalabios que parecía que estaba sangrando. A lo mejor a los príncipes les gusta eso.

Todos se rieron, incluidos Eadlyn, Zedd y Austin.

Éstos eran mis momentos favoritos en familia. Cuando dejábamos de lado nuestras ocupaciones y nos sentábamos todos juntos a pasar el rato. En todo caso, eso fue lo que nos esta dando en verdad La Selección: momentos en familia.

Podía apreciar como Austin achicaba los ojos al reírse, como Eadlyn y Zedd intentaban integrarse a la plática, incluso como Kira fruncía el ceño para comprender un chiste de doble sentido.

A veces olvido lo valiosos que son esta clase de momentos, que con nuestras vidas son tan difíciles que pasen, y podría estar detallando que es lo que mas me gusta de ellos toda la vida si me diera tiempo.

A las ocho nos amontonamos todos en el salón —papá en su sillón, Kira en una punta del sofá con las piernas sobre Austin junto a mamá con Zedd recostado en el mismo, Alessia estaba semi acostada en un sillón bola que había en el techo y Gwen y yo recostadas una sobre la otra con Eadlyn sentada a un lado con los pies sobre un banquillo— ypusimos el canal de acceso público de la tele. Era el único canal que no había que pagar, así que incluso los Ochos podían verlo si tenían un televisor.

Sonaba el himno. Puede parecer tonto, pero siempre me había gustado nuestro himno nacional. Era una de las canción popular que podría escuchar una y otra vez sin problema, también amaba escuchar a Alessia cantarlo. Apareció la imagen de la familia real.

Sobre la tarima estaba el rey Clarkson. Sus asesores, que tenían noticias sobre infraestructuras y algunos asuntosmedioambientales, estaban sentados a un lado, y la cámara los enfocó. Parecía qué iba a haber varios anuncios aquella noche. A la izquierda de la pantalla estaban sentados la reina y el príncipe Maxon, en sus habituales butacas, que más parecían tronos, vestidos elegantemente, dando imagen de realeza y de poder.