III «Mudanza a Nueva York»

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Esa misma noche, Frederick anuncio que se irían a Nueva York en los próximos 2 días, dejando a Ángela muy desconcertada, al parecer no era broma que tenía los boletos para ir al funeral del señor Stark, según lo que su padre comentó:

—Ugh, ya había comprado los boletos así que, ¿Para qué desperdiciarlos? —Bromeó tratando de ocultar un poco de verdad.

Había comprado los boletos con la intención de saber de Stark pero en el camino le salieron varios eventos a los cuales debía asistir en Nueva York.

Ella no preguntó nada, seguro que la respuesta sería la misma: “Son solo negocios, ya sabes que no me agrada Stark y no quiero hablar sobre él” y quién sabe cuántas mentiras más.

Pronto llegó el día de mudarse «otra vez». Si no mal recordaba, era la décima vez que se mudan en menos de tres meses.

Era agotador y hasta cierto punto molesto pero no quería decirles a sus padres, la última vez, había acabado en un sermón de dos horas sobre la importancia de viajar y mantener su compañía para tener dinero, lujos, vida de prestigio y blah, blah, blah.

Era gracioso y frustrante ya que apenas unos días había terminado de desempacar y ahora estaba terminando de empacarlo todo otra vez.

La mayoría de sus cosas estaba en el avión sólo faltaban un par de maletas que los de seguridad se llevaban. Cerró la puerta y bajó al auto para ir al aeropuerto.

Fue un viaje pacífico, durmió durante todo el vuelo.

Al llegar a su casa en Nueva York, prefirió dormir aún más a desempacar todo. Ya tendría tiempo de hacerlo luego.

La fiestas de año nuevo tuvo lugar en su casa con un montón de empresarios; sus padres le dieron permiso de invitar a sus amigos —aunque sabían que ella no tenía amigos en la ciudad—.

La pasaron bien, sus padres más —Tenían resaca al día siguiente—, pero ésto ya era normal para Ángela; aunque siempre le terminaba molestando.

Al cabo de una semana después, ya tenían todo de vuelta a la normalidad: su maestra particular ya había reanudado los estudios, iba todos los días al GYM —Porque odiaba quedarse el día entero en su casa y era lo único que le permitían hacer sus padres—, y tenía una vida monótona y aburrida... Otra vez.

Hasta que pasó un accidente” en el gimnasio.

Había terminado de hacer su rutina cuando comenzó un fuerte dolor de cabeza y cayó, un joven fue a su rescate tomándola en sus manos antes de que tocara el piso.

—Hey, ¿estás bien? —Preguntó el joven deteniéndola en sus brazos.

—Yo... —Cerró sus ojos, todo le daba vueltas y después, unas imágenes comenzaron a pasar por su cabeza junto con palabras que ella creía que eran simples murmullos—. Tú, debes decirle a Fury que... Que... Debe abortar la misión que harán el viernes, 8:30 pm. En el Lago. Ellos tienen un arma poderosa, si atacan perderán; esperen al sábado y los tomarán por sorpresa.

Ángela parecía que agonizaba aunque en realidad sólo trataba de comunicar lo que veía en su mente, pero era más poderoso que ella. Estaba sudando y jadeando, hasta que cedió y perdió el conocimiento por breves segundos.

El joven sabía exactamente de lo que hablaba pero no tenía ni idea de quién era ella y porqué sabía sobre las misiones de S.H.I.E.L.D.

Ángela se reincorporó, avergonzada.

—Lo-lo siento. Debes creer que soy una loca por lo que he dicho.

Ella seguía en su regazo con un tono carmesí en sus mejillas.

I N M O R A L » Steve Rogers » |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora