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XXVII «Promesa»

Quiso olvidar todo aquello así que tomó su libro que había comenzado a leer hacía unos días y pese a que estaba a un capítulo de terminar no lograba concentrarse pensando en el capitán y su forma de dejarle en claro que no quería hablar con ella. Ese hombre era tan sutil como una bala.

—Angie, ¿qué haces aquí? —La voz de Tony Stark la sacó de sus pensamientos.

El ingeniero se sentó junto a ella, mirando el lago.

—Uh, pensando cómo haré ésta posición del Kama Sutra —Contestó ella mirando su libro, de vez en cuando hacía bromas.

—¿Qué tú que? —Preguntó volteando a verla, exaltado.

—Relajate, sólo es un libro sobre la vida de Charlie Chaplin, lo terminaba de leer —Contestó enseñándole el libro.

—Me asustaste, sabes que tienes que mantenerte pura y casta hasta que te cases, ¿cierto? —Preguntó mirándola.

Ella lo miró sonriente.

—Como digas, Tony —Desvió la vista al lago—. Me gusta mucho lo que hacía Chaplin, transmitía tanto sin decir una sola palabra, ¿haz visto sus películas?

—Un par... Pero la que más me gustó fue la película biográfica que hizo Robert Downey Jr, ese hombre es muy atractivo y actúa increíble —dijo revisando el libro de la chica—. ¿Ya viste esa película?

Ella sonrió.

—Sí, la vi... A él siempre le gustaron chicas jóvenes... Me refiero a Chaplin.

—No todos somos como él. Y si te refieres al capitán...

—No es del tipo de Chaplin —Asintió ella—. Sólo era una observación.

—Una que te convenía —La miró.

Tony comenzaba a ponerse en modo sermón/regaño on y Ángela lo percibió al verlo, así que se quedó callada y se preparó para lo peor.

—Ángela... Ya ha pasado poco menos de cuatro meses —Prosiguió, aún mirándola—. Todos te hemos dado tu espacio y tu tiempo pero dime, ¿Cuánto más vamos a esperar a la Angie que conocimos? Ya pasaron diesiciete semanas, ¿cuánto más? ¿Seis meses? ¿Ocho? ¿Diez? ¿Un año? Si va a durar más necesitas ir a un psicólogo, no quiero que caigas en depresión o alguna de esas cosas.

—Claro que no, estoy bien, ¿si? Mejor que nunca —suspiró.

—Ambos sabemos que no es verdad. Haces muchas cosas para distraerte pero en todo estás distraída. McFlay me dijo que empezaste bastante bien pero tienes problemas de memoria. Sigues conservando tu promedio excelente de diez con dificultad —Ella lo miró y le sostuvo la mirada—. Riegas las plantas, el césped de la terraza, lees, procuras estar sola todo el tiempo, vienes al parque a pasar tu tiempo, desapareciendo para todos —ella miró al lago y suspiró—. Apenas comes, no duermes bien es evidente porque tu maquillaje no cubre tus ojeras. Todos llegamos a la conclusión de que estás más delgada y no rindes en los entrenamientos con Nat, Clint, Thor y, obviamente conmigo.

Al concluir, Tony permaneció en silencio, esperando una respuesta por parte de la chica pero ella estaba pensando en una excusa qué poner o alguna solución rápida.