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IX «La historia de Thor»

Kenneth y Ángela estaban en la terraza conversando acerca de los restaurantes más lujosos y turísticos de la ciudad mientras Steve y Nat los observaban desde la sala común.

Steve fingía leer una revista sobre la milicia actual mientras Nat los observaba sin ningún cuidado mientras comía palomitas de maíz como si de un reallity show se tratara.

Se agotaba el tiempo y aunque los chicos en la terraza se estaban divirtiendo, Ángela estaba inquieta por que se acabara la hora y poder comenzar el entrenamiento.

—¿Quién es él? —Preguntó Steve, fingiendo leer.

—Agente Wilson, Kenneth. Es de S.H.I.E.L.D Nivel siete, ¿Por qué? —Preguntó, sin dejar de ver a los jóvenes.

—¿Qué hace aquí? ¿Es su novio? —Preguntó dando vuelta.

—¿Por qué el interés, Cap? —La pelirroja preguntó voltéandolo a ver con una sonrisa. Él no dijo nada, guardó silencio en su lugar—. ¿Por qué no lo averiguas tú mismo, Steve?

—En realidad, no es algo que me importe —Contestó por fin, bajando la revista—. Es sólo que ella debe concentrarse en el entrenamiento, no es ni la mitad de lo que nos dijo Fury que quería que fuera —Al terminar miró a la rusa.

—Vamos capitan, puedes inventar algo mejor que esa excusa, ya que, apenas es su primer día —Comentó tranquila—. ¿Ella te agrada, no? Además es linda, ¿No es así? —Romanoff quería meter un poco de cizaña en él.

—Me agrada. Pero no al grado que piensas, Nat —La miró nefasto—. Es verdad lo que digo, necesita concentrarse.

—Sí, así es Capi —Dijo Stark, quien entraba a la sala robando la atención del capitán y de Black Widow—. ¿Por qué está ese chico aquí? ¿Qué nadie respeta mi torre?

—Nick lo envió —Contestó la pelirroja sin dejar de ver al dueño de la torre.

—Así es, Fury me envió. Soy Kenneth, por cierto —Dijo el agente al entrar detrás de Ángela.

—Agente Wilson —Dijo Stark—. Dígale a Fury que la próxima vez envíe un mensaje o algo, detesto que tomen mi torre como si fuese un refugio al que cualquiera puede entrar —Se quejó—. Y tú —Señaló a Ángela—, no te distraigas mucho con los chicos, ¿Quieres? Apenas inicias tu entrenamiento.

—Eh... En realidad... Yo...

—Bueno, nos vemos luego nena —Kenneth la interrumpió y le dio un beso en la mejilla, tomándola de la cintura y acercándola a él. Posteriormente se fue, con una enorme sonrisa en el rostro.

—¿Qué fue eso? —Preguntó Nat, cuando él se fue.

—Eso, mis queridos compañeros, fue el resultado de haberle aceptado una “cita” —Hizo comillas y bufó.

—Entonces, ¿Estás saliendo con él? —Preguntó Steve, “indiferente”.

—Pues...

—Lady Bloom, Vamos a entrenar —Thor entró por la abertura que había para que Tony entrara con su traje cuando llegara de una misión.

—Si, yo... Iré a cambiarme —Dijo distraída pero cuando iba a girar Thor habló.

—No es necesario, meditaremos. Así que con esas ropas está bien.

Ella asintió y fue detrás de él al GYM. Al llegar, Thor le instruyó sentarse en forma de flor de loto, con sus manos juntas y codos recargados en las piernas.

Le pidió que cerrara los ojos, que sintiera su poder fluir por sus venas, apreciar cada movimiento que generaba en su cuerpo. Ella poco a poco se concentró y fue vislumbrando pequeños fragmentos de imágenes que pasaban fugazmente por su mente. Cada momento que pasó junto a sus seres queridos, cada risa, llanto, emoción, ternura.