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XVI «Escape»

El domingo por la mañana, Fury mandó llamar a Steve a su oficina, temprano. El capitán se presentó puntualmente y con su traje.

-Buenos días, jefe. ¿Tiene una misión para mi? -Preguntó Rogers al llegar.

Nick se encontraba de pie, mirado por la ventana. Al escucharlo se volteo y lo miró expectante.

-No. Tengo unas preguntas que hacerte -Contestó sin dejar de verlo.

El capitán no habló, pero se mantuvo firme ante su superior.

-¿Has estado saliendo con Ángela? -Preguntó Fury.

-No, señor -Contestó Steve, mintiendo un tanto nervioso.

-¿Y a qué se le llama esto? -Preguntó nuevamente Nick, mostrando una imagen de él y Ángela arreglados al estilo 50's por las calles.

El capitán miró la imágenes fugazmente dándose cuenta al instante

-Fue una salida de amigos, Nick -Contestó Steve.

-Recuerda, Rogers. Ella es tú misión, no una chica normal con la cual puedas salir. Que no se vuelva a repetir. Te estaré vigilando.

• • •

La semana que pasó fue aún más tranquila que la anterior. En cuanto a Steve y Ángela, prosiguieron con el entrenamiento habitual -regresando la impuntualidad de parte de ella, el coqueteo leve y las bromas-, mejoró mucho en el rendimiento, ya era más fuerte y resistente. También ayudó a Steve con su traje terriblemente feo -al gusto de Ángela-, aunque también le parecía así a Steve.

Cuando el capitán llegó con el traje después de grabar unas cintas para el gobierno sobre la educación de los jóvenes, Ángela no pudo evitar casi vomitar por lo mal que le parecía el traje, así que comenzaron un diseño nuevo, el cual, consistía en un traje totalmente azul marino con una estrella blanca en el medio y la tela al estilo militar.

Con Thor, se ayudó mucho con el libro, ahora ya podía controlar el tiempo más a su antojo, levitaba, comenzaba a concentrar su poder para usarlo como protector pero aún no le salía del todo.

En cuanto a Nat y Clint, la primera vez se asustó mucho cuando escuchó el primer disparo. Después fue encontrándole el truco y perdiendo el miedo, para el final de la semana ya le daba al blanco de la diana y lo hacía muy rápido. Estaba lista para entrenar con otras armas.

Pero ahora era una semana nueva y se encontraba en la oficina de Nick Fury, para ser más específico en la enorme silla de su escritorio. El director de la agencia de inteligencia tenía más cariño a Ángela y ahora sonreía más debido a la actitud de la chica.

Ella había notado cierta actitud inusual en Nick Fury, pero no le había dado tanta importancia, continuó con el trabajo del día anterior, sellaba hojas y las ponía en carpetas mientras los últimos archivos se transferían a una memoria codificada, en tanto el director estaba consultando -en la gran pantalla que tenía en la parte posterior de su oficina- algunos archivos de criminales buscados por la agencia.

-Ángela, necesito hablar contigo -Anunció el hombre del parche sin despegar la mirada de la pantalla pese a que no le ponía atención a las palabras de ésta.

-Uhm... Claro -Contestó la chica en tanto terminaba su trabajo, volteó a verlo con una pequeña sonrisa-. ¿Qué pasa? -Preguntó prestándole total atención.

-Escúchame -Comenzó, Ángela no podía definir la intención de sus palabras por su tono de voz-, Sé que tienes la hormona a flor de piel, pero por favor no quiero que sigas así con el capitán.