Jueves, cuatro cincuenta y ocho de la mañana. Steve Rogers no toleraría una impuntualidad más por lo que ya estaba creando un castigo aún mas severo que los anteriores. Ésta vez la regañaría por su irresponsabilidad. Ya tenía todo el sermón armado en su mente, acerca de no tomarse a juego ésto del entrenamiento y los vengadores. Ahora formaba parte de algo mucho más grande que ella misma y no era justo ni posible que ella lo tomara tan a la ligera.
Pero para su sorpresa, Ángela llegaba justo a las cinco de la mañana al Gimnasio. No pensaba que ella fuera a responder a los castigos tan pronto.
—Buenos días —Saludó él.
—Buenos días, Capitán —Respondió con un tono de somnolencia.
—¿Dormiste bien? Hoy llegaste temprano.
—En realidad no, pero ya no quiero llegar tarde.
Él iba a decir algo comprensivo pero ella estaba muy rebelde —según él—, y sentía que no era el momento, ahora no. Después se daría el tiempo para tener una charla emotiva sobre el tema.
—A calentar.
Diez vueltas trotando y diez corriendo seguido de treinta flexiones, treinta lagartijas con treinta saltos. Ángela estaba tirada en el piso exhausta.
—Hoy te enseñaré otros movimientos de combate —comenzó Steve poniéndose una manopla de boxeo, después con su mano libre le dio unos guantes de box a la chica y continuó poniéndose la otra manopla—. Necesito que me demuestres toda tu fuerza. Primero te muestro y tu lo repites, ¿entendido?
—Ajá —murmuró Ángela con la respiración entre cortada, se sentó y comenzó a ponérselos pero le parecieron sumamente pesados—. Creo que será un problema eso de dar toda mi fuerza, estoy agotadísima.
—Debes aprender a resistir más. Si hoy tuviéramos una invasión alienígena otra vez, sólo servirías de estorbo. Vamos, arriba.
Él no midió el impacto que las palabras tendrían sobre ella. ¿Le estaba diciendo inútil? Justo ahora ella se sentía de esa forma.
Se levantó cuando su cuerpo y alma no se lo permitían pero ella no podía permitir que el capitán América pensara que ella era inútil, así que levantó los puños con los guantes que le eran aún más pasados en pie y se acercó a él.
—Bien, muéstrame lo que tienes para enseñarme.
Rogers asintió y comenzó con varios puñetazos y patadas. Ángela se esforzaba en continuar y darlo todo de sí pero no podía, era mucho esfuerzo así que cayó, se quitó los guantes desesperada por querer acabar.
—¡Me rindo! Estoy muy cansada para seguir peleando —su respiración era agitada y sentía el latir del corazón por todo su cuerpo e incluso le retumbaba en los oídos.
—¿Te rendirás ahora que has llegado tan lejos? Lo hacías bien, vamos.
—No puedo... Seguir, ya no. Me duele cada mitocondria del cuerpo.
—Nunca digas que no puedes. Es lo peor que un soldado puede decir.
—Que suerte que no soy... un soldado.
Pensaba decir "… no soy un maldito soldado" pero guardaba respeto al capitán.
—Ahora lo eres y eres parte de mi equipo. Aquí nadie se rinde o se da por vencido.
Ella no respondió. Le parecía patético seguir cuando le dolía todo y realmente no podía continuar.
Él suspiro dándose cuenta que no podría contra ella.
ESTÁS LEYENDO
I N M O R A L » Steve Rogers » |Completa|
FanficAnteriormente llamada "La edad es sólo un número" Ésta historia fue editada, reescrita y reesubida. |Completa| ---------------------------------------------------- Una chica jóven, demasiado joven como para saber qué es el amor, se en...