XIV «Arriesgate»

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Sonó el despertador justo a las siete en punto de la mañana, Ángela se despertó de inmediato debido a la resaca: oía más cercano el ruido.

—¡Mierda! —gritó al ver la hora, rápidamente desactivo la alarma y se acostó nuevamente pensando en lo insoportable que estaba su cabeza, pero no de la forma habitual que solía doler, sino más sutil, sin embargo no dejaba de ser molesto, le dolía todo el cuerpo y sentía pesado todo su ser.

Entonces recordó su entrenamiento con Steve, “¿Qué habría pasado? ¿Por qué no me despertó?” —Se preguntaba Ángela, cuando entra el capitán con una bandeja de comida. A simple vista, Bloom pudo apreciar pan tostado con mermelada y un jugo de naranja.

—Lenguaje —dijo él al entrar—. Las señoritas lindas no dicen groserías. Buenos días, por cierto.

Steve dejó la cazuela en el buró al lado derecho de ella, pudiendo apreciar así una pastilla, cubiertos y fruta picada.

—Steve, buenos días... ¿Qué es todo esto? —Preguntó confundida—, ¿Y por qué no me despertaste para el entrenamiento?

—Te embriagaste anoche —tomó la pastilla y se la dio junto con el vaso lleno de jugo—, debes de tener resaca y no puedes dar el máximo de ti estando en esas condiciones, así que lo retomaremos mañana.

Ella tomó las cosas pero no las ingirió.

—Gracias, pero primero desayuno sino me caerá pesada la pastilla —Contestó, aún sorprendida de todo—. Por cierto muchas gracias, eres muy considerado.

Él sonrió y le dio a escoger los platillos a Ángela, ella eligió primero la fruta. Lo curioso fue que no intercambiaron palabras, sólo fueron actos.

—Además, te veías hermosa durmiendo —Dijo Steve dándole el plato repleto de fruta, teniendo un tono de voz un poco nervioso.

Recordatorio de nota mental de Steve: Arriésgate

Ángela se sonrojó al escucharlo, mordió su labio para evitar sonreír de los nervios, se controló y aclaró su garganta.

—Gracias, capitán. Y disculpa si te di trabajo ayer, no era mi intención tomar tanto —dijo ella con culpabilidad.

—Disculpa no aceptada. Yo no te cuidé, fue Nat así que la disculpa debe ser para ella —Contestó él en tono neutro.

—Oh, está bien. Cielos, me siento mal por no recordar nada de anoche —dijo ella comiendo.

—Es la peor parte —murmuró él sentándose en una silla frente a ella—. Espero que no lo vuelvas a hacer, beber alcohol no hace mucho bien a la salud.

—Lo sé, lo siento —dijo ella avergonzada— ¿Dónde está Nat? —indagó cambiando de tema.

—Salió a una misión de emergencia hace dos horas —contestó.

—Oh —exclamó con debilidad debido al alimento en su boca.

Él se acercó a ella, le puso un mechón atrás de su oreja.

—Termina de comer y ve a arreglarte, Mcfly llegará en cualquier momento.

Terminó y le dio un beso en la frente lentamente. Más que una decisión, fue un impulso, cuando se dio cuenta de sus acciones, Steve se apartó y salió de ahí.

“Nueva nota mental de Steve: no arriesgarse demasiado

Ángela se quedó pensando en lo que sucedió. Llegó a la conclusión que no entendía para nada lo que acababa de presenciar. ¿Acaso habría hecho algo la noche anterior que cambiara a Steve? ¿Un beso? ¿Una confesión directa? Estaba aterrada, y maldecía al alcohol por no recordar nada.

I N M O R A L » Steve Rogers » |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora