capítulo 6

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Despertó algo aturdido. Miró a su alrededor y se dió cuenta que estaba en sus apocentos, en las mazmorras, en Hogwarts.
-Todo fue una maldita pesadilla, solo eso.-se dijo a si mismo.
Se levantó de su cama con algo de trabajo y tratando de localizar con sus pies donde demonios estaban sus zapatos. Cuando su pie chocó con uno de ellos; los arrastró y se los colocó. Inmediatamente llevó su mano al pliegue de su levita, quería corroborar que su varita estaba a su alcance. No sería un buen maestro de Defensa contra las artes oscuras si no fuese precavido. Al introducir la mano en su bolsillo no tan solo sintió su varita si no también la textura de un papel.

Lo extrajo del bolsillo y al  leer su parte frontal se leía... Severus, con caligrafía pulcra.

Se volvió a derrumbar en su cama. No fue un sueño le recordó su traicionera mente.
Con sus ojos humedecidos abrió aquel sobre con sumo cuidado, sabiendo que allí estaba lo último que tendría de ella, una carta.

Sus manos temblaban un poco al desdoblar aquel papel. Tenía miedo, miedo a leer aquello. Miedo de que el último sentimiento de su castaña hacia él fuera odio y que ese odio lo hubiera revelado en esa carta.

Amor mío:

Al leer el saludo, Severus lloró. Lo llamaba amor , después de haber roto su corazón , ella aún le decía amor.

Amor mío:

Si tienes esta carta en tus manos, significa que ya no estoy en este mundo. No quería irme sin decirte que eres el amor de mi vida. 
Que agradezco a Merlín, a la vida ¿y porque no?, al mismo Voldemort que hizo que nuestros caminos se encontraran y eventualmente se unieran.
No conocí el verdadero amor hasta que tus labios se posaron sobre los míos. Ahí fue que descubrí que el amor verdadero es como el fénix que renace de sus cenizas. Sí, cuando sentí tus labios por primera vez fue como morir en un segundo, hacerme cenizas y volver a resurgir. Resucitaste a esa chica muerta que un día fuí.
Jamás olvidaré lo que fue sentirse amada por ti, ni la sensación de temblar debajo de tu cuerpo. Te amo Severus, aunque la vida literalmente no me dió el tiempo para hacerlo como te merecías.
Tengo que decir que eres un hombre extraordinario y que vales mucho. La mujer que logre cautivar tu corazón será afortunada y dichosa.

Sé que mí comportamiento este último tiempo te resultó extraño. Solo quería hacerte sentir amado, quería que supieras cuánto te amaba. Hize mi mejor esfuerzo y aún así acabe por arruinarlo, Causando que me detestaras. Es cierto, fuí asfixiante. Es que no sabía a ciencia cierta con cuánto tiempo contaba, y la verdad es que tenía miedo de que cuando sucediera, estuviera sola. Quería... Bueno si mis ojos se cerraban para siempre , quería irme con el recuerdo de tu rostro cerca del mío pero lo arruiné.

Severus eres un hombre divino, no te encierres en esas frías mazmorras, deja de negarle el paso a esas personas que quieren ser parte de tu vida y si llega alguna vez una mujer que te haga sentir vivo, no desaproveches la oportunidad, lánzate, mereces ser feliz. Pero por favor jamás me olvides murciélago porque yo, desde la otra vida siempre te estaré amando.

Perdóname por todo lo que te hice pasar.
                   Te amo, siempre tuya
                      Hermione Granger

Para cuendo terminó, su rostro ya estaba mojado a causa de las lágrimas.
Un golpeteo insistente en la puerta lo hizo secarse la cara con la manga de su levita, dobló rápidamente la carta y la volvió a guardar en el bolsillo de su levita.
-Adelante-dijo con voz casi ahogada.

-Severus- se escuchó la voz del anciano director.
- ¿Cómo te sientes?
- Déjate de estupideces Albus, ¿Dónde puedo verla? ¿Dónde la tienen?

-¡Severus!
-¿Qué? Habla de una maldita vez Albus.
- Es que... Ya le dimos sepultura.
-¿Qué? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Cómo demonios, quién me hechizo? ¿Porqué lo permitiste? ¿Cómo es posible que me hayas arrebatado la oportunidad de despedirme de ella?
- Lo hiciste Severus, en el hospital, Además, tuvimos que hacerlo porque no podías...
-Tu no decides lo que puedo o no, a tí quien te dió autorización para meterte en mi vida.
- Severus ,hijo cálmate, te comprendo, te entiendo...
- Tú no entiendes nada, nada Albus, yo...la perdí. Yo la amo, la necesito. Y ya...ya no la veré más ¿Cómo pude ser tan cruel? Yo...

Mientras intentaba hablar se desbordó en llanto y sin proponérselo y sin el director esperarlo el Pocionista se abrazó con desesperación él.

-Matame Albus-decia mientras lloraba y se aferraba a la túnica del anciano.

- Calma Severus, vas a salir de esto, el dolor pasará.
- No, tienes que matarme porque no habrá nada que calme este vacío que llevo dentro, esto dolerá para siempre.
¡Mátame!- gritó.

- Tú te negaste a matarme una vez Severus y  curaste mi mano y me salvaste de la muerte.
Debe haber otro modo Severus, ya lo verás.

Severus cerró sus ojos, se separó del anciano y dijo para si mismo... ¡Sí, lo habrá!

Hasta aquí el capítulo bendiciones

Sin darte el último adiós. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora