Capítulo 3

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Apenas llegamos a aquella casa de ayer nuevamente, las puertas se abrieron dando paso al auto de Hoseok.

Hoseok bajó del auto rodeándolo y abrió la puerta donde yo me encontraba, tomó con fuerza mi brazo bajándome del auto, torpemente logré recobrar la postura, me arrastro hasta el interior de la gran casa. Yo solté un quejido pues el agarre que él mantenía en mi brazo era demasiado fuerte, y encerio lastimaba.

Él me soltó con brusquedad una vez dentro, y antes de que yo pudiera reaccionar su mano se estrelló con fuerza en mi mejilla derecha provocando que mi equilibrió fallase y cayera al piso.

Llevé una mano a mi mejilla mientras lo miraba desde el piso.

Hoseok se arrodillo frente a mi y relamió sus labios lentamente - Eso fue por ser tan estúpido, Taehyung. ¿Creíste que te librarías de mi? Deberías saber que el dinero lo compra todo, tontito... Incluso el amor maternal.

Fue un golpe bastante bajo.

- Ahora eres de mi propiedad.

- Dejame ir...- Susurré tembloroso.

Él rió como si hubiera contado un chiste de mal gusto, me hizo levantar y me arrastro hasta una puerta que se ubicaba bajo la escalera. Abrió esta misma sin soltarme y luego entramos en esta.

Dios santo. Pénse.

Al rededor de doce chicos se encontraban en aquel lugar, los rostros de algunos denotaban moretones o rasguños, otros simplemente se mantenían con la mirada gacha.

No, no, no. ¡Corre!.

Obedecí a mis pensamientos e intenté correr de nuevo, pero él esta vez fue más rapido y sostuvo con firmeza mi brazo antes de que pudiera hacer algún movimiento, me hizo girar hacia él y su mano volvío a impactarse en mi mejilla, para después aventarme al piso haciéndome quejar.

- Que mocoso- Musitó Hoseok para luego apagar la luz y salir del lugar asegurando la puerta.

- Tranquilo, dejame ver...- Murmuró una de los chicos.

Las luces se encendieron de nuevo luego de unos segundos, un chico moreno estaba arrodillado frente a mi, me miró fijamente y me regaló una cálida sonrisa.

Quise devolverla, pero fue casi imposible.

- ¿Cómo te llamas?- Me sonrió.

- Kim Taehyung.

- Mucho gusto, Taehyung. Mi nombre es Lee Taemin.

- ¿Qué es éste lugar?- Susurré.

Mi intención no era verme grosero o cortante, simplemente yo necesitaba saber que carajo estaba pasando y que era lo que me esperaba de ahora en adelante.

El suspiró mirando a otro chico, quien nos miraba fijamente, Taemin de levantó y se alejó de mi un poco.

- Taehyung- Me giré a ver aquel chico.

-Mi nombre es Jeon Jungkook. He estado aquí durante siete años, llegué a este lugar cuando tenía tan solo catorce años de edad, podriá decirse que soy el primero. En todo éste tiempo, aprendí muchas cosas, que les he dicho a cada una de las que han llegado a este lugar, y te las diré también. Ya será muy tu problema si quieres tomarlas en cuenta o no.

- Está bien...- Susurré mirándolo, pues me interesaba demaciado saber.

- Jimin, NamJoon, Yoongi y Hoseok, mantienen un negocio por las noches, dentro de esta casa. Consiste en que nosotros nos acostemos con señores mientras ellos ganan dinero por ello.

Mi piel se puso de gallina. ¿Cómo puede decirlo con tanta normalidad? Y peor aún, Hoseok no bromeaba al decir que estaba entrando en la prostitución.

-Número 1. Nunca intentes decirle a ningún señor que te tienen secuestrado, porque a ellos no les interesa quieren tener sexo y nada más, y si ellos se quejan con alguno de los mencionados, te van a castigar. Número dos. No los confrontes, no te sientas la más superior, no lo eres y creeme a ellos no les va a temblar la mano para matarte. Número tres. Nunca digas no a una orden que te den, detestan esa respuesta, y creeme que te irá muy mal.

- ¿ Y si intentó escapar...? - Cuestioné mirándolo con la vista cristalina.

- Taehyung, enserio... No los provoques.

Di un lígero asentimiento con la cabeza dándole a entender que todo quedo claro, el solo dio media vuelta y fue a sentarse donde estaba anteriormente.

Y todo se quedó en silencio.

(...)

Luego de un par de horas, se escuchó como la puerta iba a ser abierta, Jungkook se apresuró a apagar la luz y todas se alejaron de la puerta, incluyéndome.

Hoseok encendió la luz dentro y escaneó a todos, sonrió de lado y detuvo su mirada en mi.

- Ven un momento- La voz de Hoseok hizo eco por el lugar.

Enseguida quise negarme, pero la intensa mirada de Jungkook sobre mi me hizo asentir enseguida. Me incorporé y caminé a él. Me miró y tomo mi muñeca, apagó la luz y ambos salimos nuevamente, luego de que él cerrará la puerta, me haló hasta las escaleras, y enseguida subimos éstas.

Él abrió la puerta de una habitación y me dejo entrar.

Al estar ambos dentro cerro la puerta asegurándola y señaló la cama.

- Acuestate- ordenó y enseguida obedecí.

Él se colocó sobre mi sosteniendo mis manos a la altura de mi cabeza, luego me besó. Enseguida intenté alejarlo, a la mierda si no le gusta que se le nieguen.

No quiero tener sexo con el.

El agarre en mis muñecas se hizo más fuerte dándome a entender que él no iba a parar, no se detendría por mi reniego o incluso mis súplicas, aunque igual lo intentaré.

-Hoseok te lo suplico-Susurré entre cortado mirando el techo.

- Callaté- Musitó sosteniendo mis manos con solo una mano, mientras que con la otra intentaba desabrochar mis jeans.

- ¡Para! ¡ Te lo ruego! - Estallé mientras el pánico se apoderaba de todo mi ser, al igual que el llanto.

- ¡Qué te calles! - Exclamó tomando mis mejillas con una sola mano apretándolas- No me voy a detener, será por las buenas, o por las malas hay que estrenarte.

Y justo en ese momento, alguien tocó la puerta.

Un gruñido bastante irritado se escapó de los labios de Hoseok mientras me soltaba y se levantaba yendo a abrir la puerta de mala gana, al ver a Minzy estalló enseguida.

-¿¡ Qué mierda quieres, Minzy!? _ gritó haciendo a la chica mirar con terror.

-Lamento mucho la interrupción- susurró- Pero es que los chicos han llegado ya y me han mandando a decir que tienen que hablar urgentemente.

- Ahora bajo- Sin más, Minzy dio la vuelta y desapareció de ahí, Hoseok me miró desde la puerta frunciendo el seño.

-Si no es hoy, será mañana - Soltó con cierta indifirencia- Ven acá.

En seguida me levanté respirando dificultosamente, limpié mis mejillas lentamente y apenas estuve cerca de Hoseok tomó mi antebrazo de forma tosca, salimos de la habitación yendo escaleras abajo.

Al llegar a la estancia pude ver a cuatro chicos hablar entre sí, quienes al notar nuestra presencia dirigieron las miradas a nosotros, no pude evitar intimidarme por sus miradas sobre mi.

Nunca digas no, nunca digas no. Me repetía una y otra vez.

Esto iba a ser más difícil de lo que pensé.



¿Me compraste por placer? [J. H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora