Capítulo 22

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Louis camina dentro del edificio hacia el gran vestíbulo que lo recibía. La gente lo esquivaba a medida que el caminaba con las bolsas del almuerzo para los alfas. Camina hacia la mujer que estaba detrás del escritorio sonriéndole amablemente.

—Discúlpeme. — Lo mira luego de dejar el teléfono diciéndole al del otro lado que lo espere. — Vengo a traerles el almuerzo a Edward y Harry Styles.

Ella mira las dos bolsas antes de reír suavemente.

—Lo siento, señor, pero no hay manera de que Edward permita que un omega lo alimente a él y a su hermano. Vete de aquí, ahora.

La mandíbula de Louis cae en ofensa. No era porque no le creía, era por cómo le dijo eso. Era algo verdadero lo que decía, pero Louis no iba a permitir esto. También se sentía enojado por el hecho del que la beta lo estaba apartando de Harry...emm del reconocimiento que él iba a obtener.

—Escúchame bien...— Louis gruñe. — No quiero llamarlos personalmente, pero lo hare.

—Como si tuvieras sus números. — Se burla masticando el chicle y haciendo globo explotando. Algo de saliva salpicando su nariz haciendo que el omega jadee y tome el objeto que más cerca tenía. Una lapicera.

—Escúchame, ahora. — Louis le gruñe más enojado aun y toma su pelo acercándola a el bruscamente. — Te clavare esta lapicera en el ojo tan fuerte que atravesará tu cerebro.

Los ojos de la chica se agrandan en shock y miedo.

—Lo sacaría, probablemente con el ojo en la punta, y te lo metería por la garganta. Llama a mis alfas, ahora.

Louis no tenía paciencia, absolutamente nada de paciencia. Suelta la lapicera cuando ella toma el teléfono murmurando contra este antes de asentir con la cabeza.

—Último piso. — Susurra y Louis le sonríe sínicamente antes de caminar hacia el elevador con las bolsas de comida.

William puede que le guste seducir y encantar a su manera, pero a él, le gusta ir directo al grano. O obtiene lo que desea, o simplemente mata. Y la mayoría hace las dos cosas.

Cuando suena el ruidito de que el elevador paró, la puerta se abre y Louis alza una ceja. No había un largo pasillo con varias oficinas, no. Era una oficina entera, como un loft. Sale del elevador viendo una mesa de reuniones y una isla pequeña de comida y bebidas alcohólicas.

Mira hacia la izquierda viendo toda una pared de ventanas y a su derecha una puerta doble. Allí, en cada lado, había escritorios. Asumía que esos eran para sus asistentes, pero no estaban allí. Seguro salieron a almorzar.

Deja la comida en uno de los escritorios y se quita el abrigo, quedando en pantalones ajustados, lo suficientemente bajos como para mostrar el borde de sus bragas y la remera que terminaba justo donde empezaba la braga.

Él se depila.

Se acerca a la doble puerta y golpea esta suavemente, no sabía porque, pero estaba nervioso.

—Adelante.

Oye la voz de uno de los alfas decir y lo hace. Se muerde el labio inferior al ver a los alfas en sus escritorios, uno al lado del otro, con sillones en el medio de la habitación. Estaban sentados contra los altos respaldos de las sillas, Harry sonriendo y Edward alzando una ceja.

—¿Cuál es la ocasión? — El mayor pregunta.

—El almuerzo, casero. — En ese momento es cuando los ojos de Edward brillan, recordando el desayuno. — ¿Vienen a comer? Los dejé afuera.

—Esta bien. — Harry dice con una sonrisa y se levanta para seguir al omega. Su hermano hace lo mismo. — ¿Me darás de comer a mi esta vez?

Louis rueda los ojos, pero Harry toma su cintura y lo atrae hacia el.

—Yo también necesito atención. — Le hace un puchero.

—Ustedes dos son capaces de alimentarse solos. — Louis afirma y ambos alfas se desaniman ante eso. — Solo tengo dos manos.

—Hay solo dos alfas. — Harry dice cuando ambos se sientan juntos mirando al omega aun de pie. — Ven aquí.

—¿Dónde me sentaré?

Harry mira a Edward con ojos de cachorro, o también ojos de no seas un aguafiestas.

El alfa mayor gruñe y se mueve más cerca de Harry haciendo que sus piernas se choquen y entrelazan sus piernas. Le hacen una seña a Louis para que se siente sobre sus piernas.

—Por el amor de dios. — Louis exclama y toma las comidas para luego sentarse sobre ellos. — Esta bien. Abran la boca.

Ambas manos trabajan en sintonía para tomar la comida, huevos hervidos con arroz blanco y además tenían sopa para tomar que aún seguía en los escritorios. Su mano izquierda alimentaba a Edward y la derecha a Harry, y ambos alfas gruñen de gusto cerrando sus ojos.

Louis no debía encontrar placer en ello, pero lo hizo. Su lobo interior se sintió orgulloso de complacer a los alfas, orgullo de que su Harry disfrute esto y que la dura roca conocida como Edward, también lo estaba disfrutando.

Continua así, hasta que Louis siente manos en sus muslos. Una era de Edward y la otra de Harry.

Ignóralos.

—Terminamos chicos. — Dice cuando siente esas manos subir hacia su trasero. — Tienen sopa para tomar, háganlo ustedes mismos.

Se levanta de ellos, pero Harry se queja tirando del omega hacia él nuevamente. Edward solo suspira y se levanta, toma su sopa y se mete en la oficina.

—¿Por qué haces eso?

—¿Hacer qué? — Louis pregunta abruptamente separando al alfa de su cuello.

—Alejarme, cuando todo lo que quiero es cuidar de ti. — Se queda quieto ante las palabras de Harry. — Quiero cuidar de ti y de tu hermano. Marcel y yo queremos cuidar de ustedes.

—No quiero compartir a mi hermano contigo. — Harry se queja emitiendo un sonido sintiéndose insultado. Louis suspira ante la mirada herida del alfa, sabiendo que lo había hecho sentir no digno de ellos. — Tampoco quiero compartirte a ti...

—Tienes un lazo con tu hermano, y yo lo tengo con los míos, por más que odies mucho al que nació primero. —Louis suelta una risa y Harry sonríe pensando que era una de las risas más lindas que escuchó en su vida. Además, que era la primera que oía por su parte. — Siempre seré tuyo Louis, pero también soy de William en esto. Así son las reglas. ¿Compartimos, y nos cuidamos todos por igual o no?

—Si...— Louis está de acuerdo con eso, y piensa por un momento. Él y su hermano han actuado tontamente como los alfas que matan. Estuvieron concentrados en un alfa toda su estadía, y han descuidado a los otros como resultado. Era un error que era seguro fatal, y no podían permitirse eso, especialmente desde que los superaban en número. Con una mirada en la puerta doble, sabiendo que el alfa que ambos descuidaron estaba allí, Louis suspira. — Si, esas son las reglas.

Tenían que cambiar las cosas.

The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora