The Alpha Sirens (Larry Stylinson)

Capítulo 31

Después de unos días en el hospital, siendo revisados por los doctores constantemente, el doctor principal decidió dejarlos ir con los dos alfas.

En la casa, fueron recibidos cariñosamente y al instante. William ríe mientras Harry repartía besos por su rostro y Marcel estaba abrazando fuertemente a Louis.

—Que buenos alfas son ustedes. — Louis dice con una sonrisa, su lobo interior aullando por atención. — Gracias por perdonarnos.

—¿Por qué hacían todas esas cosas? Matar a esos alfas.

—Nuestra madre nos dejó con Madame K luego de que se hartó de vivir una vida oprimida como una omega viuda. — Louis suspira. — Ustedes no entienden. Siempre estuvimos vigilados, forzados a coquetear y estar con cualquier alfa que nos encuentre atractivos antes de que cumpliéramos 20. Cumpliendo lo que decía el gobierno.

—Hicimos lo que hicimos porque nos enseñaron que eso ayudaría a conseguir nuestros derechos como omegas. — William niega con la cabeza. — Asesinábamos para que Madame K no nos tenga de punto. Y también mantenernos fuera de las rebeliones. Parecía funcionar...

—Hasta que decidimos ponerlos como objetivo a ustedes. — Louis cierra sus ojos. — Y todo se fue al demonio.

—¿Estaban planeando matarnos?

—Matar a los alfas más grandes e importantes significaba que no había ninguna amenaza, significaba poder que podíamos tomar. — William se encoge de hombros. — No era personal.

—Cuanto más nos involucrábamos con ustedes, más nuestros sentimientos nos jugaban en contra. Al final, otros Sirens comenzaron a notar nuestra ausencia y a sospechar de nuestro plan. Querían sumarse, y bueno finalmente era o los matábamos nosotros o alguien más lo haría.

—No podíamos permitir eso. — William dice en tono lastimero y Harry acaricia su espalda. — Así que creamos otro plan. Incluso si podíamos morir, prometimos que seguiríamos con la idea de destruir El Movimiento asi de esa forma, no los destruirían a ustedes.

—Lo hicimos por ustedes...

***

Al día siguiente, los cuatro van a ver a Edward al hospital. Estaba en la cama, envuelto en vendas por todo su cuerpo y se veía exhausto.

—Están bien...—Dice cuando ve a los gemelos, y William comienza a llorar al instante. Toma en sus manos su rostro y lo besa todo antes de dejar que Louis haga lo mismo. — Chicos...

—Lo sentimos, Eddy. — William dice y solloza. — Cuando vengas a casa, te haremos una comida deliciosa...

—¿Quién dijo que volverían? — Edward le gruñe a Harry. — Planeaban matarnos, nos usaron de la forma más asquerosa, y robó nuestros corazones mientras lo hacían. — William muerde su labio inferior conteniendo nuevas lágrimas que se avecinaban por sus duras palabras. ¿Robaron el corazón de Edward? ¿Los amaba? — No les importábamos lo suficiente para decirnos la verdad.

—¡Nos importaban lo suficiente como para morir por ustedes, imbécil! — Louis jadea ante sus palabras. Edward niega con su cabeza.

—No puedo confiar en ustedes...

—Eddy...—Louis dice.

—Hemos sobornado a la policía para que no se los lleven.

—Por favor, Eddy. — William le ruega.

—Pero no pueden quedarse. Los amo, pero no pueden quedarse. — Edward dice firme, sin dar su brazo a torcer, usando su voz de alfa con los omegas. — Váyanse y no regresen.

Los gemelos agachan su cabeza y sin mirar a nadie más se abrazan y llorando salen de la habitación del hospital sin rumbo. ¿Qué harían ahora? ¿A dónde irían? Cuando todo parecía estar bien...

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