Capítulo 12: «Estamos solos en esto»

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  La joven guerrera corrió lo más rápido que pudo hacia la salida de la residencia y aumentó la velocidad para llegar al jardín trasero, en donde estaban todos los héroes y heroínas junto con sus familias.

Ella estaba tan distraída, pensando en lo que acababa de escuchar, que se chocó con el hijo de Tontín y ambos cayeron al suelo.

— ¡Lo lamento! —Se disculpó él inmediatamente, incorporándose y ofreciéndole su mano a su amiga para ayudarla a levantarse. Ella la tomó y al incorporarse, acomodó su ropa.

—Ha sido mi culpa, estaba perdida en mis pensamientos…—Murmuró la hija de Mulán antes de colocar un mechón de su cabello detrás de su oreja. — ¿Has visto al hada madrina? Tengo que hablar urgentemente con ella, es sobre algo muy serio e importante que no puede esperar hasta que termine este evento.

—Oh, sí, está por…—Empezó el chico de lentes, pero luego frunció su ceño e inspeccionó a Lonnie con la mirada, entonces tuvo un mal presentimiento. —Un momento, ¿por qué me preguntas eso? ¿Y por qué estás tan alterada?

—Jane está en peligro. —Confesó rápidamente la adolescente, llena de nervios y preocupación. —Por eso tengo que hablar con su madre…—Añadió. 

— ¿Qué? Hablaste tan rápido que no pude entenderte, así que respira. —Exclamó Doug, confundido.

— ¿¡Eres idiota!? —Gruñó la descendiente de Mulán, indignada. —No hay tiempo para explicar, tenemos que ayudarla, debo contarle al hada madrina. —Insistió, buscando a la mujer con la mirada, pero el lugar estaba lleno de gente, lo cual le dificultaba aquella simple tarea.

—Lo, cálmate, dímelo a mí primero. —Sugirió el enano.

—Ok, lo haré, pero no será aquí. —Accedió la joven guerrera de mala gana cuando una idea apareció en su mente. —Vámonos. —Ordenó, tomando la mano de su amigo y arrastrándolo hacia la calle.

— ¿A dónde? —Preguntó el hijo de Tontín, extrañado.

—Al museo, ahora camina. —Exigió la mejor amiga de Jane, soltando la mano de él y acelerando el paso. — ¡Ven de una vez, no tenemos todo el día! —Prosiguió, entonces su amigo suspiró antes de ir tras ella.

[…]

  Cuando ambos llegaron a su destino, entraron rápidamente ya que los guardias de seguridad se habían tomado el día libre para disfrutarlo con sus parientes –así que sí, cualquier tenía la oportunidad perfecta de robarse cualquier cosa y nadie se daría cuenta hasta que fuera demasiado tarde– y empezaron a caminar por el pasillo.

— ¿Me vas a contar para qué vinimos aquí? ¿Y qué mierda está pasando? —Dudó el chico de lentes, quien se había mantenido callado durante todo el camino hasta el museo. —Mi familia no estará feliz de que no pase tiempo con ellos en este día.

—Ok, te lo contaré todo. —La hija de Mulán suspiró hondo, nerviosa. —Y te aseguro que esto es mucho más importante que tu familia. —Aclaró entonces.

—Habla ya. —Insistió Doug, alzando una ceja.

—Mal, Evie, Jay y Carlos le hicieron algo a Jane para que sea una de ellos; y vinimos aquí para asegurarnos de que la varita mágica del hada madrina esté a salvo. —Explicó finalmente la adolescente cuando los dos empezaron a subir las escaleras que los llevaban hacia la galería de héroes. —Se siente tan bien poder contarlo, no soporto guardar secretos. —Exclamó, aliviada.

— ¿¡Qué!? —Gritó el enano, sorprendido.

—Lo que oíste, así que muévete de prisa porque ya casi llegamos a la sección de héroes... —Exigió Lonnie cuando llegaron al segundo piso, aceleró el paso. —No puedo creer que dejé a mi mejor amiga sola con ese bastardo ladrón y la hija de la reina malvada.

The Wand For The CrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora