Versos del cielo

Verdad.

La verdad.

¿Quién tiene la verdad? Cada ser humano parece tener un concepto de ella, aunque no muy claro o muy preciso, usualmente marcado por un punto de vista usado a conveniencia.

La verdad, hoy en día parece un misterio entre tantas mentiras y corrupción en el mundo.

La verdad, llena de luz y plenitud parece tan difícil de encontrar. Y en la posición de un humano que ha mentido hasta parece que es justo no tenerla, ya sea por falta de méritos o engaños propios.

La verdad, maravillosa y clara, honesta y precisa.

Miles de cosas llegan a mi mente pensando en la verdad pero hay un modo correcto de expresarla sin ser egoísta, tiene nombre y es masculino.

Jesús dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida.

La palabra verdad me lleva a Jesús.

Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.

Verdad es igual a libertad, y no se obtiene ninguna sin Jesús, como ninguno irá al Padre sino es por Él.

Preciada y preciosa verdad, no hay esclavitud en quienes confían en Dios. Tampoco hay méritos que puedan pagar el precio de la Cruz de Cristo, no lo merecemos pero la inefable verdad llegó para salvarnos.

Verdad, alucinante y trasparente.

Verdad, cargada de aventuras y sonrisas. Locura podría decirse, en el mejor sentido que pueda expresarse.

Verdad, cargada de fuego y un duro camino, pero con éxito completo en su destino.

Verdad, cargada de luchas pero también de promesas repletas de victorias.

Verdad, que dará un precio a pagar, desechar la mentira y vivir dispuestos a dar la cara por ella. Por la verdad.

Verdad que a veces duele pero que sana. Que sufre pero que no se rinde.

Verdad que está expuesta a la muerte pero que vive sin importar la época.

Verdad que quema, que quema, que quema. Verdad que purica y renueva.

Verdad que es perfecta.

Jesús, Tú eres mi verdad.

Gloria y honra para quien trajo a mi vida libertad.