capítulo 30

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Norman

Fui despertando poco a poco parpadeando varias veces para que mi vista se ajuste a la oscuridad de la habitación, medio confundido me levanto de la cama y camino hasta las ventanas las cuales abro, el sol me cego por la repentina iluminación, parpadeo hasta que mi vista se acostumbra.
Voy al baño y hago todo lo que tengo que hacer, luego voy al armario y me cambió de ropa
Salgo de mi habitación hasta que me acuerdo que tengo una esposa y me pregunto ¿Donde estará? Ayer estaba muy cansado como para pelear y Ámbar quería que la lleve a la casa de sus padres a toda costa pero no lo haría y ni lo haré pero conociendo lo insistente que es ella, insistirá hasta que la lleve hasta allá y como dije, no lo haré, así que buscaré la forma de convencerla para que se quede aquí en el departamento conmigo

Camino por todo el departamento buscándola hasta que llegue a la habitación de huéspedes. Abri la puerta y ahí estaba ella, durmiendo plácidamente con un pijama que consistía en un short y una blusa, se veía tan linda, tentadora y sexy, ver esa imagen me tentaba tanto estar con ella, abrazarla, besarla, acariciar cada parte de su bello cuerpo, poseerla, susurrarle en el oído lo cuánto que la deseaba y amaba pero ...lástima que eso no pueda ocurrir por que ella no quiere tener absolutamente nada conmigo y eso me lo dejó muy en claro en el día de ayer.
Me dolía tener que tratarla como lo estaba haciendo últimamente pero ¿que me queda? Ella no me ama...capaz y ni me tiene un mínimo de cariño y tenía que alejarme ¿pero como? Que viva con sus padres me ayudaría pero al estar casados todos piensan que nos amamos y vivos juntos. Mis padres podían venir cualquier día, en cualquier momento y si no veían algún objeto o a Ámbar en el departamento empezarían a sospechar de que ella no vive aquí conmigo.

Tenía que haber pensado en eso cuando le propuse casarse conmigo por conveniencia. Que idiota

Ámbar.
La única mujer que logró muchas cosas en mi y la única que me complica enamorarla.

Al principio pensé que no tendría ningún interés en ella, que sólo nos casabamos y listo, cada quien hacía su vida sin importarle el otro
Pero no fue así, cuando iba conocidala me daba cuenta que era una mujer muy diferente a las demás, su manera de expresarse, de hablar, sus ojos, sus miradas que decían todo sin pronunciar palabra, su manera de llamar la atención de un hombre con sólo su bellaza. Era una flor tan distinta a la demás
Mis pensamientos se fueron desvaneciendo cuando Ámbar empezó a moverse en la cama, era por que estaba incómoda o por que en cualquier momento se levantaría.
Me aleje de la puerta y me fui a la cocina, prepararía el desayuno para los dos

Ámbar

A lo lejos, escuchaba a alguien moviendo objetos, al parecer alguien estaba en la cocina por los ciertos objetos que chocaban y hacían su típico ruido, abrí mis ojos, ya era se día por lo que parpadeaba varias veces para que mi vista se ajustará a la iluminación que entraba a la habitación por las ventanas.
Me levante de la cama y fui directo a la cocina para vez quien ocasionaba esos ruidos

Me asome y me apoye en el umbral de la puerta, vi a Norman de espaldas cocinando, sonreí ya que el jamás me comento que sabía cocinar
-Ámbar: nunca me dijiste que sabía cocinar - dije graciosa, el se dio vuelta bruscamente, creo que lo sorprendí

-Norman: despertarte - dice volviendo a lo suyo

Ruedo los ojos y me cruzo de brazos

-Ámbar: no, sólo estoy sonámbula - dije sarcástica causando una risa en Norman

-Norman: bueno sonámbula, el desayuno estará listo muy pronto así que ve a cambiarte o si quieres puedes irte a dar una ducha en el cuarto de baño de mi habitación - dice amable, al parecer, amaneció con un buen humor ya que no me hablaba con el mismo tono con el que me habla ayer

Mi Bella Esposa<<Norman Reedus>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora