Capítulo 49

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Ámbar

Pasaron los dos meses, dos meses en los cuales la había pasado genial, lleno de risas y momentos inolvidable con Norman y su madre.

Unidos pudimos superar la pérdida del Señor Reedus y ahora lo recordamos con una sonrisa en el rostro. Igual la Señora Reedus, ella recuerda a su esposo con una sonrisa y no con lágrimas como lo hacía antes, con Norman pasaba lo mismo, ahora lo veo mejor y más recuperado igual a su madre.

Los tres pudimos recuperarnos de esa pérdida.

Hoy era el último día que nos quedábamos con la madre de Norman en su casa, ella quería que nos quedemos unos par de días más pero estaba consciente de que su hijo tiene una esposa y una vida que construir con ella, aún que esa idea no me agrada del todo.

Admito que la compañía de la Señora Reedus me agrada y que la convivencia entre los tres fue maravillosa pero cuando volvamos Norman y yo a nuestro departamento sé que cambiaran algunos hábitos y que muchas cosas se aproximaran, cosas que me darán miedo al principio y no querré aceptar.

También en esto dos meses decidí hablar con mis padres sobre de la empresa diciéndoles que no seguiré con la tradición y que no seré parte de la empresa familiar, renunciaba a todo lo que tenga que ver con ello. Obviamente, mis padres se enojaron, sobre todo mi madre que empezó con su sermón diciéndome miles de cosas que no venían ni al caso, esto se lo comenté a Norman y me apoyo me ayudó a conseguir otro trabajo, uno que me gustara y se lo dije; modelo.
Hubo un tiempo que me encantaba las pasarelas y la moda, me gustaba ver por la televisión en mis tiempos libres las hermosas mujeres por las pasarelas luciendo ropas hermosas con mucho estilo.

El contacto con una muy amiga suya de nombre Helena Christensen, una modelo también que tenía su propia pasarela y que aparte de eso es fotógrafa. Tiene su propio negocio de modelaje.

Ella gustosa me acepto, era una mujer muy agradable y simpática sobra decir que también es muy bella.

(...)

Estaba en mi habitación maquillandome cuando entra Norman, el sonríe al verme y se acerca a mi dándome un beso en la mejilla para luego admirarme en el espejo.

-Norman: te vez hermosa - dijo apoyando amabas manos sobre la madera del tocador donde estaba yo así acorralandome

-Ámbar: gracias - le dije y volví a lo mio

El se alejo y se metió al baño con su ropa en mano para cambiarse, luego de un par de minutos ambos estábamos listos y bajamos hacia el salón principal donde estaba su madre esperándonos muy hermosa luciendo un vestido negro hasta las rodilla.

Subimos al auto y fuimos hacia el restaurante.

(...)

Reiamos antes anécdotas graciosas y hablamos de paso, esperando la comida.

Estaba tan entretenida escuchando una historia de Norman hasta que algo me desconcentra, una persona, había una persona parada en la entrada del restaurante y esa misma me miraba muy atentamente como si quisiera saber si soy esa persona que busca o se le hace conocida. Por mi parte, algo me dice que esa persona la conozco, que la e visto antes y muchas veces más, su nombre pasó por mi mente pero no estaba segura que fuera él, no el vive muy lejos, imposible que el viajará hasta aquí.
Dejo de mirar hacia esa dirección cuando una voz me llama.

-¿Estas bien, cariño? - pregunta mi suegra, quien me mira preocupada igual que mi esposo, Norman.

-Ámbar: si, si estoy bien - digo y vuelvo mi vista hacia la entrada del restaurante para ver si seguía ahí pero no estaba, en ese momento pensé que mi mente me había jugado una mala pasada.

Mi Bella Esposa<<Norman Reedus>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora