Uno.

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Bosquejo

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Bosquejo

Todo el mundo sabía que lo detestaba. Incluso él mismo lo sabía. O yo esperaba que lo hiciera.  Pero por alguna razón, Destino (o como yo la conozco, Profesora Carter) decidió que debía ponerme junto a él en el proyecto de fin de semestre de este año.

Todo empezó el día miércoles de la primera semana de clases. Era la primera clase de Artes Avanzado que tenía y estaba tan ansiosa, que mis mejillas dolían por sonreír durante tanto tiempo.

El salón era maravilloso: tenía estos lienzos puestos en trípodes, con una pequeña mesa a su lado lleno de pinturas y pinceles. Estaban todos separados por un metro y medio de distancia, calculé, y entraba luz incluso desde el techo de la sala. La clase era a primera hora de la mañana en un día de finales de verano, o sea, luz anaranjada entrando por las ventanas. Simplemente, maravilloso.

Me senté frente a un lienzo junto a la ventana y volví a mirar a mi alrededor. El salón ya estaba empezando a llenarse de murmullos de conversación a medida que los estudiantes entraban.

Todo iba de maravilla, hermoso, genial, perfecto. Hasta que llego él. Mi némesis.

Todo oscuro con su oscuridad por todos lados. Chaqueta oscura, pantalones oscuros, cejas oscuras, pestañas largas, onduladas y oscuras. Lo único relativamente claro en él eran sus ojos. Caminaba un poco encorvado, solo un poco, con un paso liguero pero como diciendo "Aquí vengo yo, mueve tu culo o te lo corto y se los doy a mis perros".

Oí un suspiro detrás mío cuando él entró al salón.

Bien, el tipo es sexy y tiene un acento muy, pero muy sensual. Sin embargo no es mi tipo. Es todo oscuro, "vas a morir", soy el chico malo, tengo una Harley Davidson que ruge como un león y una pandilla de nenes oscuros detrás de mí. "No tengo sonrisa".

No, definitivamente no era mi tipo.

Quiero decir, el tipo no reía, y apenas hablaba. Y yo hablo hasta por debajo de la mesa en pleno terremoto muy feliz de la vida. Bueno, menos cuando pinto, dibujo o escucho música, esos son los únicos momentos en los que estoy con la boca cerrada. Un respiro para mi familia.

Bueno, la cosa es que El Señor Oscuro, como yo lo llamo, entró al salón y un par de tipas suspiro como idiotas atrás de mi -él ni se inmuto. Después, levanto su vista, me miró y yo quise morir.

¿Qué mierda estaba pasando en la vida?

Primero, el día lunes, oí a una profesora decir que dos más dos era cinco. Perdón, que una canción de Radiohead se llame así no quiere decir que ella puede venir y cambiarme toda la infancia con eso.

Después la profesora de español viene y dice que no vamos a aprender a pronunciar este año, que era solo teórico. Por Dios, ¿Quién, en su sano juicio, nos hace solo aprender teórico cuando hablar en español es mucho más genial que escribirlo? Digo, con todos esos acentos y esas cosas -es complicado. Prefiero mil veces hablarlo.

Y por último, venia este tipo, El Señor Oscuro, ¿Y qué hizo? Me sonrío.

¿Qué más? Se acercó hasta donde yo estaba sentada, aun con su sonrisa abierta, y se sentó frente al lienzo que estaba junto al mío. A mi lado. A mi lado. Y aun peor, no dijo nada. Ni. Una. Sola. Palabra. Una Tortura.

Y yo no pude evitar alzar una ceja después de varios minutos en silencio. —¿Tienes algún problema en los labios?—le pregunté. Él aún estaba sonriendo.

El señor oscuro me miro con una ceja alzada (sexy) pero no dijo nada, aunque su sonrisa aún estaba dibujada en sus labios.

Y la maestra Carter entró.

Y las chicas de atrás otra vez suspiraron cuando El Señor Oscuro murmuró el saludo hacia la profesora.

Y luego Mike entró.

Ay, madre santa, ese sí que es mi tipo. Sonriente, hermoso, sexy, inteligente, guapo. Si, él sí que es mi tipo.

Lo triste es que Mike miro en mi dirección mientras se disculpaba con la profesora por haber llegado tarde. Y digo triste porque al parecer quería sentarse junto a mí. Estúpido Señor Oscuro.

Entonces la profesora comenzó la clase, hablando del programa para este año: lo que íbamos a aprender, como nos iba a evaluar y entonces, veinte minutos antes de que terminara la hora dijo: "Para la última nota deberán pintar un mural para la escuela en parejas. Hay muchos lugares donde pueden hacer algo"

Después dio las instrucciones. Resumiendo, podíamos pintar lo que quisiéramos, donde quisiéramos, con la técnica que quisiéramos, siempre y cuando tenga una razón por la que estuviese pintada.

Y por último, pero no menos importante, dio los nombres de las parejas. Por orden de lista.

Malik y Morrison, los únicos apellidos con "m" en la clase. Quince y dieciséis de la lista.

 Y quedé con El Señor Oscuro.

Black watercolour; z.m auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora