Doce.

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El 24 de diciembre, ocurrieron varias cosas. Una de ellas era la celebración del cumpleaños de Louis. Pero eso ocurrió en la noche y fue algo bastante pequeño y familiar, porque además era Noche Buena. Por lo general la fiesta en grande se celebra unos días después. Otra cosa que ocurrió aquel día, fue que papá estaba molesto. Al parecer, mamá le había hablado a papá de Zayn -lo poco o nada que le había dicho a ella- y se comporto como un verdadero ogro. Eso solo hasta que llego la hora de ir a la casa de la señora Johanna a celebrar. 

El cumpleaños de Louis fue genial. Recibí un montón de regalos, y como cuando eramos pequeños, Louis recibió el doble solo porque era su cumpleaños. No eran tan grandes, como antes, pero seguían significando mucho para todos. 

Pero, lo mas importante de aquel día, fue que recibí una carta. 

En la mañana, cerca de las once, fui obligada por papá a ir a limpiar la nieve de la entrada de la casa. Es un trabajo duro, pero sirve para el ejercicio. Pasé cerca de dos horas limpiando, pero cuando termine, ya no quedaba ni un pequeño rastro de la nieve en el camino. 

Entre a la casa quitándome las capas de ropa y colgándolas en el perchero. Cuando quede solo con una camiseta de manga larga y mis jeans negros, subí corriendo a mi habitación a quitarme el sudor del cuerpo. La ducha fue larga, y lo hubiese sido mas si mamá no me hubiese gritado para que saliera de una vez. Al salir del baño y meterme a mi habitación, me vestí con uno de los tantos chalecos con diseño navideño que mamá me regalaba y unos jeans.  

Cuando entre a la cocina, mamá no estaba y decidí mirar las ollas para ver que habría para la comida. Si mal no lo recuerdo, había estofado.

"Laila, cariño, tienes correo." dijo mamá, sobresaltandome. 

Me di la vuelta y mire la carta que me tendía. No tenia remitente en el sobre; solo decía 'Para Laila Morrison'. El papel del sobre era reciclado y tenia un aroma a pino silvestre delicioso. Alce la vista del sobre a mamá, quien me miraba antentamente, esperando a que la abriera. 

"¿Quién la entrego?" le pregunte, mientras caminaba por la cocina en busca de un cuchillo para abrir el sobre. 

"No lo se, ya estaba en el buzón. Tu tía Marie te desea lo mejor para el año que viene." contesto, mirando las tarjetas que llegaban de los familiares lejanos.

Asentó y agradecí a la vez que abría el sobre con cuidado. Dentro, había una flor seca y una carta cuidadosamente doblada.  

Volví a mirar a mamá, pero esta vez ella me sonreía de lado, como si supiera que diablos estaba ocurriendo. "Ve a tu cuarto cariño. Si tu padre ve eso se va a molestar aun mas." 

Bese su mejilla antes de salir corriendo y encerrarme en mi habitación. En un suspiro, me deje caer en la cama, mientras abría lentamente el papel.

La carta dice: 

«Querida Laila

¿Así es como se empieza esto, cierto? Debo practicar mas... ¿No te molesta si lo hago contigo?

Primero que todo, quiero pedir disculpar por no haberme presentado el día miércoles para enseñarle a la profesora Carter nuestro trabajo en el mural. Se que es un poco cobarde de mi parte, pero incluso ahora me cuesta aceptar que te haya confesado algo que ni siquiera tenia planeado hacer aquel día junto a El Árbol. No deseo sonar cruel, pero prefería guardar mi secreto junto a mi, al menos por un tiempo mas.

No recuerdo que exacto día fue cuando empezó todo esto, pero estoy casi seguro que fue el mismo instante en que te vi enrojecer cuando tire mi comida sobre ti. Debo aclarar que fue sin querer, a pesar de que fue demasiado gracioso. Creo que te lo dije un par de veces, pero al parecer eres demasiado terca, sobre todo cuando te enfureces.  

Black watercolour; z.m auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora