Pintura Oscura
¿Alguna vez has odiado a una persona? Yo no.
Bueno, al menos, no tanto. Quizas detestar, o sentir una fuerte ira hacia esa persona.
En fin, lo que quiero decir, es que lo detestaba. Y quizás un poco menos. Quizás solo estaba molesta con él. En un término medio, si es que lo hay.
Y sí, estoy hablando de él: El Señor Oscuro. Y no me jodas con «¿Por qué lo llamas así de nuevo? ¿Es que se te olvido que lo quieres?» Pues no, no me he olvidado de aquello; no es como si pudiera hacerlo, tampoco. Pero estaba tan molesta con él como lo había estado cuando le coloque ese apodo. Supongo que no sabes por qué.
Desde aquel martes, junto a El Árbol, no lo volví a ver. No apareció al día siguiente cuando teníamos que presentar el mural y yo me vi obligada a mentir por él. Tampoco apareció durante la semana siguiente, ni la subsiguiente. Y después de esas dos semanas, llegó el día en que teníamos que volver a casa por las vacaciones de navidad. Había tenido esperanza de poder verlo, pero nada, ni siquiera lo vi en la última clase de Artes Avanzado.
Suele suceder que cuando alguien confiesa sus sentimientos por otra persona, ese alguien espera hasta que le respondan, aunque sea una negativa. Y El Señor Oscuro ni siquiera me dejo decirle «wow», como si supiera mis sentimientos por él. Como si pensara que aún lo odiaba (cosa que no me duro más de dos semanas) o sintiera un poco de rencor hacia él. O que solo lo quisiera como un amigo. ¡Él es tan frustrante!
Él es tan imbécil, también. Era El Señor 'Imbécil' Oscuro. No espera, así no lo había llamado. Era El Señor Imbécil-bueno-para-nada-pero-aun-así-sexy Oscuro. Me falto lo de los labios pornográficos, pero esos son detalles, que no agregaré porque estoy intentando nombrar sus defectos.
Bueno, como iba diciendo, había perdido toda esperanza de que El Señor Oscuro apareciera para yo darle una bofetada de las buenas y luego besarlo hasta que se me vaya la respiración. Y bueno, tal vez también hubiese sido bueno decirle que lo quería.
En el bus que nos llevaba de vuelta a casa, me senté con James. Me abrazó fuertemente, como si supiera que la alegría que me caracterizaba se me estaba yendo. Casi me eché a llorar. Quizás él no sabía porque estaba tan seria, pero siempre estaría ahí para mí. Al igual que Louis.
Durante el camino, lo único que hice fue mirar por la ventana mientras mi reproductor de música colocaba canciones de amor terriblemente deprimentes. Era como si todos estuviesen restregándome en la cara su vida amorosa. Julie estaba sentada con Louis, en los asientos de adelante, y susurraban cosas que yo con música no podía entender, pero que hacían que James rechinara los dientes. Eso hasta que recibió un mensaje en su celular y se le dibujo una sonrisa de idiota. De seguro era una de sus conquista de una noche, pero al parecer no había sido de solo una noche. Y no lo fue... pero ya lo sabrán, más adelante. ¿Ves? Todos tenían pareja o estaban realmente felices, menos yo y mi reproductor de música.
Cuando llegue a casa, me encontré con la familia completa decorando todo. Me dieron un chaleco con diseño navideño y me invitaron a ayudarlos. Durante esa tarde, me olvide por completo de mi pequeño problema con El Señor Oscuro, y funciono durante los otros dos días, que fue lo que duró la decoración de la casa.
-:-:-:-:-:-:-
La nieve caía frente a mis ojos, y yo la miraba distraída. Es bonito ver nevar; la nieve en general es bonita. Todo es blanco, limpio y puro me da la sensación de tranquilidad e incluso un poco de plenitud. Pero esa vez, me sentía terriblemente mal.
Y todo porque tenía sentimientos encontrados con El Señor Oscuro.
Lo quería mucho, pero estaba tan enojada con él por ser un cobarde y escabullirse para no encontrarse conmigo después de haber dicho que me quería.
¿Sabes lo que es más frustrante? Que me lo dijo junto a El Árbol.
Lo gracioso es que mamá pensaba que yo estaba enferma. Me lo dijo esa misma tarde, después de haberme dicho que me alejara de la ventana porque hacía mucho frio y yo me podía resfriar. No lo comprendí del todo, porque papá se había asegurado de colocar ventanas aislantes, por ende no entraría frio a menos que las rompieran, pero le hice caso, y me senté junto a ella.
Ella estaba tejiéndole algo a su futuro nieto. Ahora soy tía y el niño ya viste lo que mamá le hizo, pero en esos momentos ella no dejaba de tejer. Mi hermano tiene 28 años y, por un desliz, su novia quedo embarazada. Mis padres se asustaron, pero mi hermano estaba tan feliz que el mismo día que su novia le dijo del embarazo, me obligo a salir con él y comprarle un anillo para pedirle matrimonio.
—Cariño—me dijo mi madre, después de darme unas palmadas suaves en mi pierna para llamar mi atención—, ¿estás enferma?
—No mamá, ¿por qué?—le pregunte, de vuelta.
—Porque estas muy rara. Alguien borró tu sonrisa y me preocupa. Le voy a preguntar a los chicos que es lo que sucede.
—Los chicos no saben nada mamá—le conteste, con una sonrisa fingida—. Ellos son hombres, y los hombres no se fijan en nada.
Entonces mamá dejo de tejer y me miro con una expresión que nunca antes había visto en ella. Era entre sorpresa e incredulidad. —¿Es por un chico? Evita que tu padre te vea así porque lo va a ir a buscar y lo va a dejar sin aparato...
—Mamá—la interrumpí.
—Hija, no tiene nada de malo, pero ya sabes que tu padre se pone histérico cada vez que se entera de que sales con un chico...—ella volvió a su labor de tejer.
—Ni siquiera hemos salido.
—Muy bien, señorita. Suéltalo.
Suspire pesadamente, mientras quitaba mechones inexistentes de mi rostro. —Su nombre es Zayn. Al principio lo odiaba porque tuvimos un encuentro el año pasado el primer día de universidad, pero tú sabes que siempre se me pasa el odio por la gente, así que después simplemente no le hablaba. Este año nos topamos en Artes Avanzado y tuvimos que hacer un mural, juntos. En la universidad hay un árbol que esta solo más o menos cerca de las gradas y allí la gente se confiesa de manera romántica. Decidimos que sería genial pintar allí algo. Y ni siquiera me di cuenta de cómo pasó, solo... lo descubrí cuando él me estaba dibujando para una nota... Pasábamos tanto tiempo juntos que...
Mamá dejo de tejer de nuevo, pero esta vez, me dio un abrazo muy fuerte. A veces ella tiene estos arranques medios raros de cariño, pero después de vivir casi alrededor de veintiún años con ella, te acostumbras.
—¿Qué pasó después?—preguntó, cuando se alejó de mí. Esta vez no siguió tejiendo.
—Terminamos el mural y ese mismo día, junto a el árbol, me dijo que me quería. Pero no se quedó para que yo le dijera lo mismo, como si aún pensara que lo odio. Yo no lo odio, ni siquiera duro más de dos semanas mi odio hacia él y eso fue a principios del año pasado...
—¿Por eso estas así?
—Estoy realmente molesta con él, mamá. Pero lo quiero tanto que no sé qué diablos pensar.
—Sigue queriéndolo, pero no te molestes con él. Quizás está siendo un poco apresurado al tomar sus conclusiones, pero si lo ignoras o algo, sus creencias se verán reafirmadas. Es mejor dejar que las cosas fluyan, no empeorarlas.
Asentí, pensando en sus palabras.
Bien, no lo iba a ignorar ni tampoco iba a mostrarme molesta con él, a pesar de que eso sería muy difícil. Pero aún seguía pensando que una buena bofetada estaría muy bien.
Y que después de la bofetada sería bueno algo así como un arranque de pasión como en las películas y besarlo.
-:-:-:-:-:-:-:-:-
*agrega gif para señalar que el capitulo esta editado en un noventa y cinco por ciento*

ESTÁS LEYENDO
Black watercolour; z.m au
Fanfiction"Él es oscuro, él es solitario. Él es como una pintura oscura." Anteriormente The Dark Paint. Editando. Todos los derechos reservado.©