La Fuerza Mayor

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—Bucky concéntrate en mi voz, respira profundo y saca, eso es... una vez más, metemos aire despacio y sacamos lento y suave...

Ha dejado de hiperventilar, el temblor del cuerpo disminuye conforme sigue las instrucciones de Sam, en cuclillas dirigiéndole ejercicios respiratorios mientras Steve atiende las pequeñas cortaduras que causaron los pedazos de vidrio del vaso. El beta se retira cuando le convence de estar mejor.

—Estoy bien... —le dice a Steve al marco de la puerta del baño con una sonrisa forzada—, sólo tomaré una ducha... —el alfa fija sus ojos frunciendo el ceño, sabe que miente pero no puede hacer nada al respecto.Es su mierda, Steve no tiene nada que ver.

Se quita la ropa bruscamente metiéndose debajo el chorro del agua fría, toma el zacate con jabón y se talla fuertemente el cuerpo. Una, dos, tres veces, odia el olor de Pierce sobre de él, odia que lo marque.

—Mira como te pones mi pequeña puta.

Las lágrimas empiezan a acumularse en sus ojos porque es real, en sus celos, su cuerpo pide a gritos a un alfa y siente alivio cuando es anudado.

Talla una vez más con el fin lavarse aquellos recuerdos. Empieza a sollozar, el agua no los desvanecerán, se quedarán con él para siempre tal como sus cicatrices de su piel.

***

—¿Buck? —llama el alfa con golpes en la puerta tras quince minutos, ya no lo siente como cuando estaban enlazados, pero su instinto le dice que algo esta mal, tiene suficiente cuando escucha un sollozo ahogado.

Abre la puerta despacio agradecido que el omega no le pusiera seguro,y es recibido por una ola de vapor caliente directo a sus cara, distingue el olor de Bucky mezclado con el jabón, huele a tristeza. Se le forma un nudo en su pecho cuando lo ve hecho bolita en la esquina del baño con su cabeza escondida entre su rodillas.

Cierra la llave de la regadera para poder inclinarse junto a él y ponerle una toalla sobre espalda, su piel esta roja e irritada y su placa yacía cerca de la coladera.

—Bucky... ven, vamos al cuarto —el omega se levanta de golpe saliendo rápido del baño y se mete a la recámara dejándolo atrás. Sale después de unos minutos en busca de su placa, el ojiazul le extiende su mano para dársela —, la olvidaste en el baño —el castaño la acepta murmurando un gracias bajito.

—¿Quieres hablar?

—No hay nada de qué hablar.

—Sólo quiero ayudar... vamos a comer —sigue intentando.

—No tengo hambre... voy a la cama pero...solo.

No puede ocultar una mueca de desconcierto, y antes de que mueva algún músculo, el omega se da media vuelta cerrando la puerta a velocidad luz—, si necesitas algo, cualquier cosa no dudes en decir —es lo único que logra articular desde su lugar. Se tumba en el sillón soltando un suspiro de frustración con sus manos sobre la cara, nada está bien, realmente espera ser llamado por el omega, cosa que nunca pasa, ni esa noche, ni en las siguientes.

***
Los días son tensos con el castaño distante metido la mayor parte del tiempo en la recámara, también nota que pasa más horas en el gimnasio después de su rutina habitual que le había dejado Clint, lo esta evadiendo y eso duele, la situación se pone peor que al inicio. Wanda le dice que lo mejor que puede hacer para ayudarlo es darle su espacio y tiempo. Eso decide hacer pese a su decepción creciente en su pecho y su alfa desquiciándose cada vez más.

Habla con Sam esa noche, se alegra un poco al saber que él y Clint ha llegado a Asgard sin problemas, algo bueno después de cinco días horribles.

Drunken DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora