Él, Yo y Mi Otro Yo

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—Dormiste bien ¿eh? —le saluda la pelirroja cuando lo ve entrar a la sala de entretenimiento media hora tarde, manos en los bolsillos, ropa deportiva, su cabello atado a una coleta desordenada y la maleta a un lado. Le sonríe de lado dejándose caer en unas de la bancas. Se siente muy relajado con ganas de regresar a la cálida cama y seguir durmiendo mientras espera a Steve. Suspira mientras que con su mano humana acaricia tranquilamente aquella sonaja que guarda en el bosillo de la sudadera, no pudo salir sin llevar el juguete consigo.

—¿Te vas a quedar ahí contemplado a la nada?—la mujer le habla extrañada pausando su actividad.

Gira a verla con una enorme sonrisa y se desparrama sobre el asiento estirándose como una gato—, la verdad, Natalia, tengo más hambre, hay que ir desayunar —se pone de pie colgando la maleta deportiva a uno de sus hombros.

—Yo lo apoyo Nat —Sam aparece recién bañado uniéndose con tono divertido—, también tengo hambre, además, ellos tuvieron una noche muy agitada.

—¿Ah sí? —ella levanta una de sus cejas cruzando los brazos y se acerca para olfatearlo—, entonces Steve no esta tan santurrón —habla entretenida presumiendo su dentadura blanca, muy bonita ante sus ojos aguamarinas, después de la sonrisa de Steve, la pelirroja deslumbraba cada vez que eleva la comisura de sus labios—, no se diga más, cinco minutos muchachos y estoy de vuelta —ella desaparece rumbo a los vestidores dejándolos solos, beta y omega.

—Oye, ¿de verdad no lo mordiste? —Sam finge seriedad y él parpadea desconcertado.

—Vi su mano cuando se acomodaba una venda antes de entrar a su reunión, le pregunté pero me dijo que fue un accidente.

—El solo se lo hizo...

No puede seguir hablando por la enorme carcajada que lanza el beta—, ¡lo sabia! —exclama mientras se lleva una mano al estómago.

Bucky rueda los ojos aún sin comprender del todo el sentido del humor del hombre frente a él, aunque no puede suprimir una risita negando con la cabeza, ya le es más fácil contagiarse de esas chispas que solían emanar los demás.

***

—¿Qué pasó con la niña?

—Está con los padres de Wanda, Cap. También tienes que ver ésto —Tony proyecta unas fotos en la pantalla sobre la mesa, y Steve no puede ocultar su cara de sorpresa.

—Ya tienen tiempo, casi lo mismo desde que Barnes está aquí... —en aquellas fotografías muestran el cuerpo de Alexander Pierce sin vida sobre una mesa forense—. Murió en un enfrentamiento cerca de Wakanda.

—¿Por qué no los supimos antes?

—Ya sabes cómo son ellos, se encierran en su ciudad, nuestra búsqueda llegó hasta allá y las fotografías son cortesía de su alteza.

—Entonces ¿quién es responsable de la muerte Logan? —habla Thor cruzando los brazos, apoyando su barbilla en en una de sus manos.

—El fue de los pocos alfas que logró adaptarse a ese cosa que te pusieron —el omega sigue dirigiéndose al rubio más bajo —lo querían muerto por no poder controlarlo desde un principio. Nuestra única pista sigue siendo es tal Brock —Tony desliza su dedos en la pantalla mostrando el archivo completo así como algunos mapas —Hill y Fury terminaron su rastreo desde hace dos días, convocaremos a los demás par...

—Yo iré —interrumpe Steve fijando la mirada en el monitor donde se muestra la foto de aquel alfa.

—Okay, pero no irás solo Capipaleta.

—Que Hill que cite a todos —continua el rubio dirigiéndose a la salida.

—A las once ¿te parece? y que sea aquí, aún no se limpia el desastre de arriba, por cierto, no sabía que era época de apareamiento ¿tu si Thor? —los dos amigos sueltan una risa cómplice chocando palmas y puños cuando el rubio desaparece tras la puerta.

Drunken DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora