La vuelta

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Hoy volvimos a vernos,

a la hora pactada.

¡Temí que con el tiempo

tu boca me olvidara!

Pero advertí tu arrobo,

tu duda, tu nostalgia.

—Si al final del adiós

el reproche sobraba.

De tu parte: La ira, el después,

la distancia;

de la mía el dolor, el vacío,

la nada.

¡Pero volví a encontrarte!,

casi sin esperanzas,

y degusté tus besos

sellando remembranzas.

Entre miles de estrellas,

la de tus ojos bellos;

café de mis mañanas,

sol de mis madrugadas.

Castañas son tus ojos

dorados en mi almohada,

si en verdad son espejos

donde mirar el alma,

¡los tuyos como otoños,

semejan alboradas!

¡No vuelvas a dejarme!

—Mis fuerzas son escasas.

Te he entregado mi vida,

para que la cuidaras.

Vos en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora