Respetuosamente

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Ahora que al fin lo veo,

le ruego a usted me conteste.

¿Por qué no devuelve el alma?

que me arrancara del pecho.

No le exijo nada a usted,

¡pero la estoy extrañando!

Es que estaba acostumbrada

y aquí me ve: ¡Estoy llorando!

Espero no malentienda,

lo que yo le estoy pidiendo,

a usted nunca le ha importado

y a mi me tiene sufriendo.

Si no le parece mal,

aunque esté un poco maltrecha,

devuélvala por favor,

¡me la llevo aún desecha!

Yo pienso que si la cuido,

podrá sanar algún día,

y acompañarme el camino,

¡qué me quede de la vida!


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