Timidez

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Porque atormentaste

los días de mi infancia,

impidiendo a la voz,

brotar de mi garganta

Y te hiciste vallado 

cuando llegué a la escuela,

vistiéndome de rojo,

de frente a la maestra.

Que me hiciste llorar,

apretando los dientes,

al no poder contestar,

aunque fuera humillada.

Te dedico estos versos,

por tratarme con saña,

quería estar alegre

y vos no me dejabas.

Me impediste la risa,

los besos distraídos,

mi mano en otra mano,

en un tiempo perdido.

Pero si algo reprocho,

de todo lo sufrido,

es no decirle a Él

¡Cuánto yo lo he querido!

Qué si al verlo mis ojos,

se vestían de soles,

mi boca nunca pudo

contarle mis amores.

Le reprocho mil veces

y dos mil si hace falta,

a esta tonta timidez,

que me dejó sin alma.


Vos en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora