Nombrándote

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Tu nombre,

¡tu bonito nombre!

Que me llena de chispas

y me acelera el pulso.

Oír tu nombre 

repetido por otros,

me suena extraño,

siendo que te creo mío.

¡Y yo solamente

pretendo nombrarte!

Egoísmo que me clava

con uñas de letras,

cada vez que otras bocas

pronuncian tu nombre.

Mi espíritu se revela

¡brutal por la osadía!

Y le grito a los vientos,

y a oídos de los hombres,

me declaro confesa...

¡Esclava de tu nombre!

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