•Confesión•

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Ha pasado bastante tiempo. Y solo diré que han pasado muertes. Chelsea murió, fue asesinada por Kurome cuando esta supo que mató a Bols. No la llegué a conocer, pero tengo entendido que ella era la otra nueva que había llegado al grupo de asesinos junto a Susano.

Najenda no me quiere dejar ir por lo que nuevamente soy su esclava que hace sus quehaceres.

Nadie parece tenerme confianza excepto Lubbock. Y qué más da, si debe convivir conmigo todos los días ya que aún compartimos la misma habitación. Susano varias veces se ha ofrecido a ayudarme con el deber de la casa pero Najenda le dice que debo hacerlo yo y no él.

¿Qué puedo decir? Esa mujer me odia.

Por mi parte podría decir que estoy bien, a pesar de que convivo con personas que no soporto estoy bastante bien de salud gracias a los medicamentos caseros de Susano. No he vuelto a toser o a escupir sangre. Por lo que estaré un poco tiempo más con vida.

Luego de terminar las tareas de hoy, entré a la habitación de Lubbock y me dejé caer sin cuidado alguno sobre la cama al estar bastante cansada.

– Sé que me traes ganas, Yui. Pero debes respetar que mis compañeros están en la casa– dijo Lubbock entrando a la habitación.

– Ya quisieras, idiota– le dije para después sentarme en la cama.

Lubbock se acercó hacia mí, tomó mi rostro entre sus manos y me plantó un beso en los labios.

Creo que no les mencioné que este idiota se pasa besándome.

– Deja de hacer eso– me quejé interrumpiendo el contacto entre nuestros labios y empujando a Lubbock un poco.

Él solo sonrió para después guiñar un ojo.

– Eres un idiota.

– El idiota con el cual compartes la cama todas las noches, así que no te quejes.

Rodé los ojos para después volver a dejarme caer sobre la cama. Comencé a cerrar mis ojos lentamente para poder dormirme; pero con Lubbock hablando eso no era posible.

Sentí como el borde de la cama se hundía con su peso. Levanté mi rostro un poco molesta y lo miré.

No es que lo conozca de años, pero en su expresión se notaba que algo lo tenía bastante preocupado.

– No eres la persona ideal para hablar de esto– comenzó diciendo–, pero yo me uní a Night Raid únicamente por Najenda. Me enamoré de ella desde el momento en que la vi por primera vez.

– No tienes porque contarme tu vida amorosa– susurré.

– Yui, estoy tratando de decirte algo que he querido decirte de hace tiempo– él volteó a verme sus mejillas estaban enrojecidas–. Me agrada bastante tu compañía, a pesar de que casi no nos toleramos, me gusta estar contigo. Pareces ser la única que comprende lo que es tener una vida tan dura. Y siento algo por ti, no sé lo que sea, pero ya no me interesa la señorita Najenda por ti.

No sabía que decir. ¿Acaso esté idiota se me estaba declarando?

– Lubbock, no creo que algo llegue a pasar entre nosotros. Yo me estoy muriendo y lo menos que quiero es lastimar a alguien con mi pérdida. Yo... lo siento.

➛ Amor entre una Ladrona y un Asesino [EDITANDO] 𖠵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora