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Me encuentro sola en la mansión Luthor, ellos debían asistir a la reunión mensual que la presidenta lleva a cabo con las familias más importantes del país, a pesar de que ella quería llevarme, no podía, la ley estaba en su contra esta vez, por supuesto se fue enfadada, aunque tranquila de saber que yo no escaparé.

A lo lejos puedo ver a Peterson, llevando a cabo sus labores, él me saluda desde su sitio, con ese ademán de mano y sonrisa que solo un niño puede poseer, decido no causar problemas esta vez, pues el señor Lionel ama a su hija, pero sé que no dudará en intentar asesinarme y en definitiva, verla contra su sangre, no me agrada.

Sigo caminando, llegando al área de las flores, mutaciones también, como en Argo, las rosas azules y verdes, son mis favoritas, aunque solo las conocía en su tono natural, en cuanto vi estas, me encantaron; las encargadas de la jardinería, eran las ancianas, en su mayoría, rubias de ojos azules como yo, guiando a los robots para que llevasen cualquier objeto pesado.

Cada que me miran, vestida con ropas diferentes a ellas, me saludan como si no fuese una esclava como ellas, no me gusta la distinción, pero la señorita Luthor, es bastante imponente al dar órdenes de este tipo, ya que todos bajan la mirada, aunque tal vez sea por la fama de asesina que cargo conmigo, ellas son mayores que yo, desconfían, los niños como Peterson, sin en cambio, parecen maravillados conmigo.

-Disculpe—me giro al ver a Eliza detrás de mí.

-Si?-

-La señorita Luthor, ha llamado, necesita que cambie su atuendo-

-Ahora?-

-Me temo que sí-

Suspiro, y la sigo, Eliza era muy amable, tan diferente a Gayle, quien cada que me ve pasar, hace muecas de desagrado o quizás quiere clavarme la las espadas en el cráneo. De vuelta en la mansión, Eliza entra conmigo a un cuarto de sastrería, los Luthors prefieren lo anticuado en sus atuendos.

-Suba a la mesita por favor—pide Caytlin, una pelirroja de ojos azules quien se encarga de todo lo referente a la ropa.

-De acuerdo-

Hacen que estire mis brazos, sus ayudantes eran precisas en las medidas, Caytlin, teclea en su tablet las medidas, de inmediato, los robots comienzan su trabajo de sastres, esto era para mayor velocidad, pues rara ves los usaban a menos que fuese urgente el atuendo, lo cual significa que por alguna razón debo verme presentable.

-Alguna sabe por qué debo vestir eso?—señalo la camisa negra que salía de la maquina.

-La señorita Luthor le llevará a Star City—responde Caytlin.

-Jamás creí que volvería a ese lugar—menciono amarga al bajar de la mesita.

-Creo que nadie quiere volver—sonríe al ver mi gesto—pero es para una situación importante-

-Eso espero, o tal vez sea momento de despedirme—ladeo la cabeza viendo ahora salir los pantalones.

-Le extrañaré—bromea, y aunque no sonrío, ella sabe que me agrada.

-También yo, no encontraré a otra pelirroja que acomode mis camisas-

-Eso es tan cierto—toma el atuendo, la camisa negra con botones plateados, pantalones ajustados del mismo color, zapatos cómodos, y una corbata de moño—Este atuendo es similar al que usaban en el viejo mundo, se verá excelente-

-Mi padre se vestía así-

-Puedo asegurarle que se verá mucho mejor—me entrega la ropa, besando mi mejilla.

AbnormalizeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora