►Capítulo 1•
A una muy corta edad Min YoonGi se había visto obligado a tener que llevar a cuestas su familia. Su padre, un alcohólico maltratador, se había marchado cuando el tan solo tenía 10 años, dejando su esposa con dos niños pequeños y sin un centavo en el bolsillo. Mentiría si dijera que no se sintió aliviado cuando su madre le explicó que aquel hombre malvado no volvería.
Ella trabajaba dos turnos en una cafetería famosa por los pasteles de la señora Min, todo lo que hacía, lo hacía con amor y los clientes lo notaban. Ella era una mujer fuerte, valiente y bondadosa que cuidaba a su familia sola, bueno... con una pequeña gran ayuda.
Al ser el hermanito mayor, YoonGi no dudó en ayudar con la casa, nunca daba problemas y a donde iba lo hacía con su pequeño hermano tres años menor, vendía diarios por las mañanas a sus vecinos y dulces a los niños en la escuela por la tarde, todo servía y el se sentía un gran hombre cuando le daba aquellas humildes monedas a su madre, quien las aceptaba con una hermosa sonrisa. Para YoonGi no había nada mejor que verla feliz.
Pasaron los años y a sus 16 ya trabajaba medio tiempo en una pequeña tienda de conveniencia. En la escuela era muy aplicado y tenía buenas notas aunque pensaba que era inútil y una pérdida de tiempo. Jamás le gustó demasiado la idea de tener que pasar sus tardes aprendiendo cosas que seguramente no necesitaría, la única clase que disfrutaba era música. Su primer amor fue el piano y sabía que si debía estudiar algo, sería eso... musica, quería poder escribirle canciones a su madre algún día y que ella se sintiera orgullosa de él. Hacía su mejor esfuerzo por que sabia que no debía causar preocupaciones, y lo llevaba muy bien hasta que veía a los compañeros de TaeHyung, su hermanito. Esos mocosos no lo dejaban en paz. Taehyung era un alma pura que lo único que hacía era sonreír y decir "si" y por eso YoonGi no entendía los malos tratos que recibía.
Como buen hermano sobre protector no escatimaba en amenazas cuando de defenderlo se trataba, siempre cuidando no pasarse y ganarse una suspensión o un llamado de atención. Solo una vez tuvo la mala suerte de ver como uno de esos niños empujaba a Taetae -como le decían de cariño- por las escaleras. Fue tanta su furia que empezó a golpear a aquel mocoso y no paró hasta ver que su nariz y labios sangraban. Se llevo un buen regaño de los profesores y su madre, pero desde entonces todos en la escuela le temían y respetaban. No hubiera sentido ninguna culpa de no ser por que vió el rostro de su hermano cuando lo separaban de su victima. El terror que le causó al mostrarse tan agresivo era evidente por que TaeHyung odiaba la violencia. Le prometió nunca mas exponerlo a eso, ya había logrado que sepan quien era su hermano y que no dudaría en defenderlo... eso era mas que suficiente. Incluso luego de que YoonGi terminara la escuela, jamás volvieron a molestarlo y TaeHyung había aprendido a ser fuerte por lo que el mayor podía estar tranquilo.
Aunque su hermano ya no lo necesitaba cumpliría su promesa... pero en ella no había dicho nada de no meterse en problemas cuando él no estuviera cerca. YoonGi era del tipo de chico al que no le hacia gracia ver injusticias y siempre que tenía la oportunidad ayudaba a quien lo necesitaba. No negaría que la adrenalina que le generaba meterse en una pelea le gustaba, pero tenía en claro que no lo hacia solo por eso. No era un adicto ni nada por el estilo, solo estaba en su naturaleza proteger a los demás.
Así fue que un sábado, bastante tarde en la noche, mientras disfrutaba de una cerveza después del trabajo, presenció como un trío de delincuentes acechaban a un joven que al parecer estaba perdido. Llamaba demasiado la atención, parecía un niño rico, vestía jeans negros ajustados rasgados en las rodillas, un sweater celeste suficientemente grande como para cubrirle hasta la mitad del muslo y un bolso negro bastante llamativo por su tamaño. Resaltaba demasiado con su cabello naranja y su teléfono de ultima generación, el cual no dejaba de ver. Parecía preguntarse donde demonios estaba, mientras intentaba reconocer alguna de las calles que le rodeaban.
Jimin acababa de llegar a Seúl, creyó que podría llegar por su cuenta a su nuevo departamento sin gastar demasiado dinero, el GPS indicaba que no estaba muy lejos pero aún así se había perdido.
— ¡Eh niño! —una estruendosa voz rompió la tranquilidad de la noche— ¿Estas perdido muchachito? —Jimin se estremeció del susto pero decidió ignorarlo, guardar su teléfono y apresurar el paso, no sabía donde iba pero no importaba.
— Te hice una pregunta pequeño insolente —la voz se había acercado lo suficiente como para que sintiera el aliento del extraño en su cuello— ¡EEhhh miren, pero si parece un lindo cachorrito! —los otros dos rieron burlones— Eres muy bonito como para andar solo por estos lugares y a estas horas —dijo tomándolo por la muñeca, evitando que pudiera escapar de aquella situación.
De un momento a otro se vio rodeado de los tres hombres, que al juzgar por sus miradas no pretendían nada bueno.
— Suéltame p-por favor —pronuncio en tono bajo y con la voz entrecortada— t-te daré todo lo que tengo pero d-déjame ir. —
— ¡OOhh, el cachorrito quiere dármelo todo! jajaja —preso en los brazos del extraño se sintió desvanecer, su corazón no podía soportar tanto temor y un pensamiento irrumpió en su cabeza— «no, no otra vez» —Creía que aquello se repetiría, sentía su mente irse lejos, como si intentara abandonar su cuerpo, mientras éste luchaba con lo poco que tenía de fuerzas para no ser arrastrado hasta el edificio en construcción al que aquellas personas querían dirigirse.
Lo último que vio fue a los tres hombres que ya lo tenían totalmente sometido en el piso detenerse ante la presencia de un cuarto desconocido. Solo veía su silueta, llegando con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.
— ¿¡Que se supone que están haciendo!? —Grito...
Y entonces todo se oscureció.
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Sweet & Cold ♡1♡| Can You Love Me?.
Fanfiction❣| TERMINADA |❣ Parecía solo un encuentro fortuito, una coincidencia, una consecuencia de sus insufribles actos heroicos. Pero Min YoonGi, aquel joven envuelto en las mil capas de su armadura, pronto descubriría que encontrarse con esa hermosa visió...