Capítulo 11.

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Dallon le sonrió dulcemente, mientras se quitaba la corbata. Miró su hombro, ya cubierto y tal vez libre de infecciones. Dios, cómo le había dolido eso. Suspiró, y le devolvió la sonrisa al mayor.

—Lamento tanto que Pete haya hecho eso—Se disculpó el mayor, llevando una mano al hombro sano de su contrario— te juro que no estaba en los planes, yo... Yo no quería que esto ocurriera.

—Está bien—Habló Brendon—, digo... No es tu culpa.

—¡Es que sí es mi culpa! Yo no te cuidé lo suficiente, Brendon—Exlcamó Dallon, para luego dirigir la mano que estaba en el hombro del menor hacia la mejilla de éste de una forma tan cariñosa y cercana que Brendon sintió mariposas revolotear como locas en su estómago—¡Si yo hubiera ido en lugar de Pete, esto no habría pasado!

—Sí, sí, entiendo, pero tranquilízate ¿Sí?—Dijo Brendon, mientras dejaba su mano sobre la del mayor, ejerciendo una leve presión con su pulgar—Ya pasó, no sirve de nada enojarse ahora.

Dallon lo miró unos segundos, tratando de regular su respiración, que ya se había vuelto acelerada por la furia. Observaba sus ojos castaños que parecían llamarle, susurrarle mil cosas que no lograba entender, y le encantaba.

—Eres maravilloso—Soltó mientras suspiraba, para luego abrazar al menor y esconder su rostro en aquella cavidad entre el rostro y el hombro de éste.

Brendon se sonrojó un poco ante tal acto de cercanía. Es que Dallon lo trataba tan dulce y cálidamente. Lo hacía sentir tan especial, lo hacía sentir útil de verdad, no como lo trataban, por ejemplo, sus padres. Dallon lo trataba bien, era amable con él, era simpático. Se preocupaba por él, era amigable con él. Dallon era bueno con él, y lo apreciaba mucho.

Sintió como el abrazo por parte de Dallon se volvía más apretado y estrecho. La nariz de Dallon estaba apretada contra el cuello de Brendon, inhalaba aquel olor amentolado que desprendía el menor, y parecía disfrutarlo.

—Eres tan maravilloso...—Repitió, dibujando círculos imaginarios en la espalda del menor con sus dedos—¿Cómo es que un ser humano como tú si quiera existe? ¿Cómo es posible que alguien sea tan perfecto?

Dallon parecía estar pensando en voz alta, tal vez perdido entre sus pensamientos, y eso solo hacía que Brendon se confundiera un poco, es decir ¿Por qué Dallon decía esas cosas? ¿Las decía en serio?

—Ahm... ¿Qué...? ¿Qué estás diciendo?

—Oh, lo lamento—Dijo el mayor, para luego soltar unas cuantas y suaves risas, el menor pudo ver cómo sus hombros subían y bajaban al ritmo de su risa—, estaba demasiado distraído, creo.

Dallon se alejó un poco de Brendon, aún sin soltarlo del todo, y se le quedó viendo con una sonrisa en el rostro, casi admirándolo, como si de una obra de arte en un museo se tratase.

—Tú.... ¿Tú de verdad crees eso?—Preguntó el menor.

—Claro que sí—Dallon asintió con la cabeza—, sé que las personas que querías que estuvieran orgullosas de ti, nunca lo estuvieron, lo sé, y también sé cómo se siente, pero ¿Acaso no se detuvieron a verte? Eres increíble, Brendon, y yo estoy orgulloso de ti y mucho más que eso.

Brendon no pudo evitar sonreír ¿Por qué Dallon decía cosas tan lindas? ¿Por qué se preocupaba tanto por él? ¿Por qué-? Un segundo. Pensó. ¿Cómo mierda sabe eso de mis padres? Empezó a preguntarse ¿Cómo es que sabe eso?

—¿Cuánto tiempo estuviste siguiéndome?

Dallon rió un poco, y se quitó los mechones de cabello que caían sobre su rostro, para luego suspirar.

—Eso no es importante ahora—Dijo, con cierto tono desinteresado.

—Pero yo-

—Dije que ahora no es importante—Interrumpió—, confío en que tú lo entiendas.

Brendon se quedó en silencio observando al mayor, para luego asentir con la cabeza.

—Está bien—Murmuró—, no es importante ahora.

Dallon sonrió mientras acariciaba suave y dulcemente la espalda de Brendon. Se acercaba lentamente a éste, quien parecía estar totalmente sumido en su cabeza, lo suficiente como para no notar la cercanía del mayor, para cuando se dio cuenta iba a hacer una pregunta respecto a ello, pero sus palabras fueron cortadas rápidamente, sin aviso alguno.

—¡No, no, no, no!—Se quejaba Pete—¡Esto no se suponía que sería así!

—¿Y qué esperabas entonces?—Preguntó Zack—¿Que Dallon te abrazara y te dijera que te perdonaba porque eres su amigo? Las cosas no son así aquí, Pete, lo sabes.

—Pero Dallon y Pete son amigos desde hace mucho—Habló Josh—¿Por qué Dallon le haría daño así a sus amigos?

—Se nota que eres nuevo, Josh—Suspiró Pete—, creo que... Que Dallon se dejó llevar por el poder que tiene como líder, hace mucho que no hablamos como antes, o nos sentamos en el sofá a ver películas o jugar videojuegos como lo hacíamos antes. Dallon ya no tiene amigos.

—Es que Dallon no quiere amigos—Agregó Zack—, solo se tiene a sí mismo, y eso es todo lo que quiere.

—¿Y qué hay de Brendon? ¿Por qué a Brendon lo trata diferente?—Preguntó Josh, con real curiosidad, tratando de entender del todo lo que ocurría.

—¡Mierda, no lo sé!—Exclamó Pete—, no tengo idea de qué le pasa, ni por qué de pronto le interesa el bien estar de alguien, pero lleva siguiendo a Brendon desde hace muchísimo tiempo y... Y... Yo ya no lo sé, no entiendo nada.

Los tres se quedaron en silencio, cada quien perdiéndose en sus propios pensamientos.

Brendon vio a Dallon sonreír tras unos pocos segundos de separación, tal vez tras incluso menos de un segundo. Esa sonrisa le pareció la más hermosa que habría visto jamás.

¿Acaso Dallon acababa de besarlo? Oh, sí, lo había besado, y había sido de los mejores besos que había recibido en su vida, por no decir que había sido el mejor. Y Dallon era tan lindo, y se portaba tan bien con él. Era todo un amor. Lo hacía sentir tan especial, tan único, tan importante. Lo hacía sentir como nunca antes se había sentido con alguien.

—Toda esa gente que dice que no vales la pena está tan equivocada...—Susurró el mayor.

Bonnie y Clyde [Brallon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora