Capítulo treinta y seis.

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Me quedé quieta en el lugar, pensando en que decirle, mientras Dylan reía por debajo.

—Nada, Christopher —le conteste — Me pegue en la mano y creo que me lo disloqué y...

—Ya dile ____.

—Cállate, Dylan.

—Bien, yo solo venía a decirte que ya nos vamos—Me dijo Christopher, ignorando lo anterior.

—No me quiero ir, no quiero dejarlo solo.

—____, él está bien, mañana después del colegio vendremos a verlo. Para ese entonces tal vez este despierto.

—No, él siempre estuvo ahí para mi y ahora yo estaré para él.

—¿Y que hay del colegio?

—Ahora sólo me importa Joel.

—Bien. Le diré a mi papá que te quedas.

Me había dejado sorprendida  con el hecho de que no pusiera peros en el asunto, aún qué, siendo sincera, creo que sólo me dejo aquí por mi bien.
Todo en mi cabeza da vueltas, bueno, el gemelo, Joel en el hospital, y ahora sobre esa tonta suposición de Dylan.

—¿No le contarás sobre tu embarazo?

—¡Qué no estoy embarazada, Dylan!

—¡Bien! ¡Perdón!

Se quedó callado, yo fulmine con la mirada  y de nuevo gire con Joel. ¿Quién se creía ese patán? No estoy embarazada, no lo estaré aún y no tiene ningún derecho de decirlo como si lo estuviera. No-estoy-embarazada.

—Pero no lo sabes, ____.

—¡Está bien!—grite, ya muy molesta y harta de oírlo. —Me haré la maldita prueba de embarazo para que te calles. Pero esto queda entre nosotros.

—Si.

Al fin, hubo silencio y después Dylan lo rompió.

—¿Sigues  sin saber con quién...?

—¡Ya Cállate!

—¡Perdón!—Dylan asustado, uso sus manos en forma de escudo.

Después de un rato, salimos de la habitación de Joel, caminando se regresó a nuestros padres. Ya lo habíamos hablado Dylan y yo, que él distraía a nuestros padres mientras buscaba la manera de hacerme el chequeo, algo absurdo que Dylan no se calla.

—___, ¿Podemos hablar? —pregunto Christopher, muy de repente, alejándome un poco de los demás.

—Te escucho.

—¿Qué es lo que quieres que te chequen?

—Ya te dije... Mi ma...

—No,____, hay algo más que me estás ocultando. Estoy cansado de los secretos. Ya ves lo que pasó ahora con Joel  y ahora con lo de Dylan, que tu ya tuviste tu primera vez. ¡Estoy cansado!—murmuro, bajando la mirada con varias lágrimas —No pude ser un buen hermano cuando mamá se fue, me volví un gruñón cuando papá fue de viaje y ahora no pude protegerte de ese imbécil. Necesito saber la verdad, ____, no quiero más secretos. Ya no lo soporto.

En ese momento, mi corazón se rompió, pero a la vez fue reparado. Todo por unas simples palabras.

—Christopher, eres el mejor hermano mayor del mundo, no has hecho mal, al contrario, me has ayudado y protegido como se debe.

—Si fuese así, no estarías confundida.

—Es un idiota, ¿si? No te preocupes.

—Si tan sólo superamos quien fue.

—No tienes porque preocuparte.

—¿No notaste nada en su actitud o mirada? ¿Beso? ¿Tacto?

—¡Eso es!

—¿Tacto?

—El beso, el me dijo que el beso era la respuesta y así sabré quien es.

—¿Y entonces?

—Pues...

Mire como me estaba inclinando a un lado, Christopher me sostuvo y después, un mareo.

—¿Estás bien?

—Si, creo que si...

Sentía que mi cabeza iba a explotar, parecía que el mundo giraba tan rápido, no aguantaba hasta que todo se tornó obscuro y caí en los brazos de Christopher, me había desmayado.

Me desperté acostada en una cama del hospital, ya en una habitación. Vi que Christopher estaba dormido en una silla de a lado, mi padre me vio y se acercó.

—Mi amor, ¿que pasó?—pregunto, obviamente preocupado.

—No lo sé, sólo me desmayé.

—¿Aún no me dirás lo que te pasa?—pregunto Christopher, en un bostezo y despertándose.

—Yo...

Entonces, fui interrumpida por la entrada del doctor.

—¿Sabe que tiene mi hija?

—Estos síntomas son normales en este estado de la jovencita, siento decirle que su hija está embarazada.

A la bestia, amigas gracias por ayudarme a llegar a los 100 seguidores. Les invito a leer las demás obras, les encantará.

Ay, un mini Joel o ¿un mini Dylan? 

¿Quién eres?-Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora