Capítulo cuarenta.

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—¿Joel?—trago saliva Dylan.

—Tú, ¿querías que Dylan fuera yo?

Joel se acercaba amenazadoramente con sus muletas, pero aún así no conteste.

—Joel, yo puedo explicártelo. Ella...

—¡Tú Cállate! —le grito — de ti menos quiero escucharlo.

—¡Hey! Sé que no soy el mejor hermano gemelo del mundo pero no dejaré que me culpes de esto.

—¿Entonces a quien?

—A mi.—conteste.

—¿Sabes? No sé porque vine, de todos modos... Veo que estás ocupada.

—¿Qué quieres que haga?

—Explicarme porque deseabas que Dylan fuera yo— de nuevo ese tema.

Me levanté de la cama, ahora yo acercándome  a él amenazadoramente.

—Porque él... —apunte hacia Dylan— aún siendo un cretino me cuida, y él si se preocupa por mi hijo ¡y ni si quiera es suyo!

—Entonces quedate con el cretino y no conmigo.

Dio media vuelta, decidido a dejarme.

—¿Crees que deje de amarte?

Paro en seco, girando un poco su cabeza pero sin voltear a verme.

—Así parece.

—En realidad parece que tu lo has hecho.

Se quedó ahí parado, sólo un momento, y después se giró, regresando conmigo.

—Te di todo, ____, ¿y ahora quieres que Dylan sea yo?

—No lo digo por eso, Joel.

—¿Entonces?

—¡Hablo del bebé! ¡Tú hijo!

Se quedó callado, así que continúe:

—Si realmente me amarás estaríamos juntos en esto y no lo rechazarías.

—No lo rechazo— acoto.

—¡¿Entonces por qué haces esto?!—le pregunté, ya alterada.

—Tranquila, le hará daño— me dijo Dylan.

—¿Desde cuando te importa ella, Dylan?

—Desde que te enamoraste.

—Típico de ti, todo me quieres arrebatar.

—Por los menos nuestros padres están más orgullosos de ti que de mi.

—Si dejarás de ser el idiota que eres.

—¡Tú eres un imbécil marica!—le grito, entonces vi como en sus ojos sufría Dylan.

—¿Ahora quieres pelear?  Adelante. ¡No te tengo miedo!

—Mientras estés en esas muletas no te haré daño.

—¿Desde cuando te preocupo tanto?

—Creí que eras mejor que esto. Veo exactamente mi reflejo en ti y no lo digo por ser gemelos, lo digo porque eres un imbécil, cretino, idiota, bueno para nada, irresponsable. Ahora creo que tú eres el cretino y yo el tierno.

—Será difícil de creerlo.

—No, la verdad que no, ¿te lo compruebo? — Joel vió fijamentecon odio a su gemelo, esperando aquella prueba—¿Estás listo para ser padre...Joel?

Él bajo la mirada algo furioso.

—Eres un idiota y siempre lo serás.

Fue lo último que dijo antes de salir por esa puerta.

—¡Hey! ¡Esa es mi naturaleza!—Le grito Dylan, socarronamente.

Solté un gran suspiro, lleno de decepción y me aventé a la cama. Dylan hizo lo mismo, quedando de mi lado.

—Todo acabo—dije, algo triste.

—Eso parece. El piensa que te arrebate de sus brazos pero...

—No digas nada, por lo menos se que un Joel me apoya —intente sonreírle.

—Soy Dylan Joel y él es Joel Dylan, gran diferencia.

—Tu mamá si que es original —bromee un poco, en verdad quería aligerar las cosas.

—Cuando tengas a tu hijo espero que consigas un nombre original— rió un poco.

—Eres malo, siempre te burlas de mi.

—Soy cruel, no puedo evitarlo.

—Eres un ángel cruel.

—¿Ángel cruel?

—Es como un ángel llegaste a mi vida y eres cruel. Ángel cruel. —sonreí.

—Eres una cursi—soltó una carcajada, una muy burlesca.

—Y  tu un idiota frío.

Pero, sin ser inevitable, ambos ya estábamos riendo a carcajadas fuertes. ¿De dónde salió toda esa energía en cuestión de segundos? No lo sé, pero me gusta saber que no estoy mal.

Dylan se me quedó viendo, igualmente hice lo mismo, hasta quedar atrapada en sus ojos. Comenzó a acercarse a mi, no podía evitarlo, era tan idéntico que me hechizaba igual. Quería besarlo y el igual a mi.

Me acerqué más y al momento de juntar nuestros labios. Dylan se hizo hacía atrás, dejándome con la intriga de sus labios.

Voten muchísimo.

De nuevo la pregunta, ¿Dylan o Joel?

¿Quién eres?-Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora