Capítulo catorce.

1.3K 108 7
                                    

No podía permanecer mucho de pie: están temblando, parecía que en cualquier momento podría caer. Mis ojos empezaron a cristalizarse, llenándose de lágrimas y después derramándose en todo mi rostro sin darme elección de quitarlas. Corrí de nuevo al segundo piso, buscando algún escondite o algún lugar donde pueda llorar  sin vergüenza a que me vean los demás. Mi garganta comenzó a arder, reteniendo algún líquido con un sabor tan amargo y asqueroso. Entre al baño —que afortunadamente se encontraba a un lado del balcón— y vomité inclinándome a la tasa, fue como vomitar para sacarme ese sabar tan dulce de los labios de Joel, obligándome a deshacerme de él, fue una horrible sensación.

Una vez que ya estaba calmada y ese sentimiento se había ido, me incorporé. Observándome en el espejo y refunfuñe  cuando miré que estaba sudorosa, mis ojos rojos e hinchados y mi maquillaje, el poco que traía, estaba embarrado por toda mi cara. Suspire,  tranquilizando mi cuerpo,  saque unos chicles que tenía en mi bolso para quitarme el sabor amargo. Enjuague mi cara y la seque. Total, ya se había caído mi maquillaje, y ya no me importaba que Joel me viera presentable, pensé.

Salí del baño encontrándome con Joel frente a la puerta.

—¿Está todo bien? Escuché que vomitabas.

Escuché preocupación en su voz, de verdad, pero no podía sacarme de la cabeza esa imagen de él e Isa besándose, no puedo.

—¿Y eso a ti que te importa?

—Tú me importas.

Y sin pensarlo dos veces le solté una bofetada. Estoy harta de escucharlo, sólo abre la boca para lastimarme, oh y claro, para besarse conmigo y después con Isabela.
Él me observó con el ceño fruncido, pareciendo que no comprendía nada.

—Alejate de mi— acote.

—Pero...—comenzó a decir. Dejo de hablar cuando mis cejas se arquearon. — Al menos explícame la cachetada. Porque no pienso quedarme de brazos cruzados cuando acabas de golpearme.

—No te hagas el inocente—le pedí, entrecerrando los ojos — Te vi.

—¿Viste qué?

—¡Te vi besándote con Isabela! — grite ya harta de la situación.

Joel abrió ampliamente sus ojos, sin creérsela. Me recargue en la pared cruzándome de brazos, ciertamente aún me pregunto porque estoy aquí con él cuando ya debería estar en casa y prometerme a mi misma jamás volver a verlo. ¿Por qué? ¿Por qué es tan difícil alejarme de una basura como Joel?

—Creí que te importaba.—comente con la mirada perdida  en el pasillo. Luego agregué—:Solo eres un estúpido que juega con las personas ¿no es así?

—No. Sí me importas.

—¿Entonces por qué la besaste?

—No...no puedo decírtelo.

—¿Por qué?

—Porque... Es es algo de lo que...—Joel pego un alarido, llevando sus manos en la cabeza.— ¡Juro que lo mato!

—¿De qué hablas?

—Tienes que irte.

—¿Por?...

—La fiesta se acaba aquí y ahora.—me interrumpió, usando un tono frío y serio.—Vete a tu casa.

—No—repuse, sorprendiéndome que soné bastante molesta. Carraspee un poco para mejorarlo. —Si no me dices que sucede... No me iré.

—Te lo diré cuando termine esto...te lo prometo.

"Lo prometo", ya me sonaba graciosa esa palabra en la boca de él.

—¿Qué más da? Que no me lo digas ahora y que me prometas que después lo harás, es lo mismo. Tus promesas no valen.

—_____....

—Adiós Joel...

Corrí piso a bajo, literalmente, tropezándome una que otra vez en cada escalón pero era lo menos que me importaba. Quería salir, caminar a casa, dormir, despertar y olvidar este día de mierda. Eso quería.

Las lágrimas aparecieron sin avisar, pase mis manos por la mejilla para limpiarlas pero sólo estaba empeorando la situación. ¿Cómo pude confiar en alguien como Joel? Es un mentiroso, lo od...lo quiero. En verdad lo quiero.

¡___!— alguien grito mi nombre. Gire sobre mis talones con pocos ánimos, sólo para toparme con la mirada de Joel.

—¿Qué haces aquí?

—Quiero hablar.

—¿Sobre que, Joel? ¿O te digo Dylan?

—Lo que pasó fue una estupidez, ¿si? Yo solo...

—No me expliques nada—me gire para seguir mi camino — no me interesa.

—Se que te interesa y por eso quiero decírtelo.

Paré en seco y regrese mi vista a él.

—Lo dices como si me  hicieras un favor y no lo es.

—Quiero que todo esté bien entre tú y yo. Sólo eso.

—¿Cómo?

Joel camino hacía a mi, acercándose lo suficiente para intentar besarme. Moví mi cabeza a un lado, evadiendo su acción. Quedó desconcertado, triste por evadirlo.

—Si la manera es besándome no la quiero.  Mientras se que después de esto, besarás a otra.

—Ella me beso a mi.

—Y tú le respondiste.

—Por instinto lo hice.

—¿Por instinto?

—Sí.

—Que original tu excusa.— rodee los ojos regresando a mi camino nuevamente.

—¡Fue por instinto porque quería que Isabela fueras tú!

Me quedé helada sobre la carretera, ahora no estaba en mi mente el hecho que alguien podría pasar con su auto y derribarme, estaba ensimismada, logrando entender lo dicho. ¿Por qué me haces esto, Joel? Sólo un par de días que te conozco  y ya me tienes a tu merced, ¿por qué? ¿Por qué?, me preguntaba una y otra vez.

Nuestras miradas se conectaron de nuevo, dejándome sin elección para analizar más la situación. Regrese dono está él, tomando sus mejillas para acercarlo y besarlo. No tardó en responder, posando sus manos en mis caderas para hacerlo más profundo.

No miento, no lo haría al besarlo pero este se sentía diferente. —no creo estar besando a Joel.— este beso era más salvaje y lujoso, por supuesto que lo disfruto pero comparado el del balcón, sentía que eran otros labios.

Me dio un beso más en la frente y regresó por donde vino.

Voten y comenten.

10 votos y 5 comentarios y sigo.💕

C zuleymaanalid

¿Quién eres?-Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora