Capítulo 18

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Desde pequeña le habían dicho a Laura que no se guiara por su instinto, que era el peor enemigo del hombre y muchas veces te traicionaba. Bueno pues en ese caso Laura lo único que quería era darse de cabezazos contra la pared por no haberle echo caso.

El hombre de sus pesadillas estaba delante de ella. Había creído que lo del sueño era verdad, pero no creía que la encontrarían tan pronto. No habían podido hacerlo. 

-Mierda- fue lo único que puedo decir. <<¿Cómo me han encontrado?>>

Sus ojos negros no apartaban la vista de ella mientras cada vez se iba acercando más y más. Laura se estaba poniendo nerviosa y después de lo que paso la ultima vez sabia que no era nada bueno. Le aferró con mas fuerza la mano a Jackson y este instintivamente la escondió detrás suyo. La estaba protegiendo de algo que no lograba comprender todavía.

-Pero mirad esto, si la princesita ha hecho nuevos amigos- mas tipos empezaron a salir desde todos lados rodeandoles. Su risa le produjo escalofríos a Laura.- Vamos sal. ¿No te apetece volver a jugar con tu viejo amigo?-

Por el callejón de donde él había salido se distinguía otra silueta. Mas grande, mas agresiva, mas peligrosa. Se fue revelando poco a poco y Laura de pocas se cayó al suelo del miedo. Era mas imponente en persona que en el sueño. Mas alto y fiero. Llevaba el látigo colgado de la hebilla del pantalón.

-¿No te alegras de volver a vernos?- conformé avanzaba hasta situarse al lado de su amigo, su risa llego hasta los oídos de Laura volviéndola loca. Como odiaba ese sonido. Lo peor es que creyó que nunca mas lo volvería a escuchar.

-¿Que esta pasando? ¿Quienes sois?- Tenía que ser la curiosa de Mery quien formuló las preguntas. Laura se puso alerta.

-Oh- Sonrió como el gato Chesire- ¿La pequeña princesita no os ha contado nada?- 

<<Mierda. Esto no puede acabar bien de ninguna manera>>

-Laura, ¿Que esta pasando aquí?- Evan no se mostraba perturbado pero se notaba el miedo en sus ojos.

-Yo...- no sabía que decir. No esperaba que aparecieran y mucho menos que fuera cuando estaban todos juntos y tan lejos de sus casas y sus padres.

-¿No les has contado los buenos momentos que pasamos en aquella habitación?- esta vez era el hombre del látigo quien hablaba.

-Cállate- fue lo único que pudo susurrar Laura y soltó la mano de Jackosn.

-Aquellos momentos de felicidad cuando no dejabas de gritar- dio un paso adelante. 

-Cállate- esta vez lo dijo un poco mas fuerte y apretó los puños.

 <<Relájate. No dejes que te afecte>> 

Todos la estaban mirando con miedo. Todos se intuían lo que podía llegar a pasar como eso siguiera así.

-El regalo que te deje en tu bonita y delicada espalda. Podríamos repetirlo- se pasó la lengua con gusto por los labios. Ese fue el detonador que lo desencadenó todo.

-¡He dicho que te calles!- los ojos de Laura estaban rojos de furia e ira. No sabia de donde procedía la voz que hablaba por ella. De sus manos brotaron enormes llamas que alcanzaron enseguida al hombre del látigo. Quería que desapareciera, que se consumiera por completo. Pero no pudo ser porque empezó a sentir un horrible dolor de cabeza.

Su padre le había dicho que ellos también tenían a gente con poderes, pero que la atacará uno de los suyos era completamente diferente. Se giró para mirar al causante y era una chica de mas o menos de su edad, con el pelo rojo y los ojos completamente negros, como sin vida.

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