Capitulo 11

89 23 8
                                    

A la mañana siguiente Laura se despertó a las 6:30 para poder ducharse antes de ir al instituto. En la ducha se preparó mentalmente para lo que le podía sucederle en la escuela y en la clase especial. Salió envuelta en una toalla y se puso un pantalón vaquero negro y una camiseta de media manga marinera junto con sus inseparables Convers. Se preparó una mochila con una libreta y el estuche y la cerró. Miró la hora en su móvil y solo faltaban 20 minutos para que la campana de la escuela sonara anunciando el comienzo de las clases.

Bajó a desayunar, pero esta vez lo hizo sola. Sus padres estaban durmiendo todavía y era normal, ¿A qué clase de ser maligno se le había ocurrido poner las clases a las 8 de la mañana?. Cogió una taza y se sirvió un poco del apetitoso café que descansaba sobre la encimera de la cocina junto con unas galletas de mantequilla.

Cuando devoró su desayuno se arregló la leonera que tenía por pelo, se echó colonia y cogió las llaves para poder cerrar la puerta al salir. Miró de nuevo la hora en el móvil y solo quedaban 5 minutos para que empezaran las aburridas clases.

Caminó lentamente hacia la gran puerta de madera de roble del instituto. No había ni 100 metros entre su casa y la escuela y a mitad camino escuchó una voz grave llamándole desde las espaldas. Se dio la vuelta y vio a Evan y Marck acercándose a ella. Se pusieron cada uno a un lado de Laura como si fueran guardaespaldas

- ¿Vas para el instituto?- le preguntó Marck mientras se acomodaba la mochila en su hombro, Evan por otra parte lo único que hacía era bostezar y peinarse el pelo.

-¿A dónde más podría ir si no a estas horas?- le respondió Laura con otra pregunta y una sonrisa- Evan te veo con sueño ¿No has dormido bien esta noche?- se dirigió a su otro amigo que estaba al otro lado de ella.

-La pregunta seria, si ha llegado a dormir. Se ha pasado la noche jugando al Call of Duty en la play- contesto con sorna Marck.

-Ja, ja. Muy gracioso. Pero estuve a punto de pasarme todo el juego si no llega a ser porque ha sonado el dichoso despertador- dijo Evan con voz cansada, y es que así se le veía.

Laura no comentó nada más y los tres siguieron caminando los pocos metros que les quedaban hasta pasar la gran puerta de madera. El edificio por dentro era como cualquier otro instituto. Tenía sus taquillas, sus corchos con toda clase de anuncios y sus alumnos hablando a voces por los pasillos.

-¿Cómo es que hay tanta gente aquí?- preguntó Laura impresionada, ya que no eran mucha gente donde vivían ellos. No sabía cómo referirse al lugar. ¿Fábrica? ¿Casa abandonada? Todas las formas le sonaban mal.

-Viene la gente que se aloja en la pensión de al lado. No hay ningún instituto en varios kilómetros- le explicó Evan que parecía que con los chillidos de los alumnos se había despertado del todo, pero las abundantes bolsas negras que tenía bajo los ojos aun eran notables. Laura mientras seguía a los chicos intentando hacer una fotografía mental de todo el lugar para no perderse más tarde.

-No todos son del mismo curso ni tienen la misma edad. Es un instituto, pero también una escuela a la vez- giraron en una esquina y Laura vio un montón de puertas y más taquillas de diferentes colores- Incluso juntan algunos cursos debido a que solo son 3 o 4 personas- siguió explicando Marck a medida que se acercaban a una puerta con un cartel de metal en el que había escrito SECRETARIA.

Marck y Evan se despidieron de ella antes de que entrara por la puerta y se dieron la vuelta para volver por donde habían venido y meterse en otro pasillo. Laura se dio la vuelta y llamó a la puerta. No escuchó nada detrás de esta, pero, aun así, la abrió. Dentro no había nadie, pero igualmente entró. Había una gran mesa con un ordenador y demasiados papeles desparramados encima de cualquier manera. En la pared de al lado había otra puerta con otra chapa metálica que ponía DIRECTOR. Decidió llamar a la puerta y esta vez sí obtuvo respuesta desde el otro lado.

PerseguidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora