Habían tenido que parar en un camino intrasitado de la carretera. Por allí no pasaba nadie y era el mejor sitio para que Jackson volviera a usar sus poderes. Habían conducido durante media hora y Jackson necesitaba refrescar la presencia del aroma de Laura para saber si iban en la dirección correcta o por el contrario debían dar media vuelta.
El chico volvió a conectarse con sus poderes y sintió el aroma mucho más espeso como si le estuviera arrastrando hasta él. Estaban cerca, pero ya eran pasadas las 7 de la tarde y estaba empezando a oscurecer. Dentro de poco no se vería nada y ese sería el mejor momento para que ellos actuaran. Las sombras los ocultarían.
Ares soltó una leve carcajada y Jackson lo miró atentamente. No entendía de que se podía estar riendo, la situación no era para reírse y encima él estaba ansioso por encontrar a su novia. Traerla de vuelta consigo, tenerla entre sus brazos.
-¿Qué te hace tanta gracia?- Jackson volvió a subirse a su moto al sentir que sus poderes habían vuelto a su estado de duermevela.
-Nada- no dijo nada más y se montó en la moto de su hermano.
Siguieron conduciendo otra media hora más hasta que Jackson lo notó. El lugar donde se intensificaba tanto el olor a fresas. No quería frenar la moto, quería entrar con ella a toda velocidad y llevarse a todos los que pudiera por el camino. Sacar a su novia cuánto antes de allí. Desde aquella visión que les había mostrado Mason ya no había vuelto a ver a Laura, no sabía en que estado se encontraba ni como la iban a llevar de vuelta a casa en las motos.
Jackson les avisó que estaban en el lugar acertado y dejaron las motos alejadas para que nadie las vieran. Aunque tampoco había gente por los alrededores. Delante de ellos había un edificio con el nombre Woufib en grandes letras y unas paredes de color negro. El edificio no era el lugar mas bello en el cuál podías estar y fuera de él habían 4 hombres vestidos de negro. El negro estaba de moda ese año por lo que parecía.
El edificio estaba ubicado en un área dónde no había nada más que árboles y arbustos. No había otra construcción por los alrededores y eso les suponía una ventaja a la hora de usar sus poderes.
-¿Qué hacemos?-
Los chicos estaban escondidos detrás de unos grandes matorrales que los camuflaban completamente. Necesitaban hacer algo para librarse de los 4 mastodontes que había en la puerta.
Aníbal y Mike se miraron a los ojos como si se comunicaran telepáticamente, aunque teniendo en cuenta el poder que tenía el último no era de extrañar que lo estuvieran haciendo. Aníbal se transformó en un pequeño perro y todos, menos Mike, lo miraron pensando que se había vuelto loco. ¿Qué podía hacer un pequeño perro contra 4 mamuts armados?
Aníbal, en su forma canina, se acercó al primer hombre que pasó de él olímpicamente, como si no le hubiera visto. Probó suerte con el segundo y mientras se arrimaba a su pie empezó a soltar sollozos para conseguir llamar su atención. El hombre lo miró y se agachó a acariciarlo. Aníbal le siguió el juego y cuando el hombre fue a cogerlo este se alejó un poco animándolo a que lo siguiera.
El hombre seguía al perro sin pensar en nada más y sus compañeros ko se molestaron en seguirlo. Aníbal llegó hasta el resto de sus amigos y estos lo miraban pensando que se le había soltado un cable del cerebro. ¿Cómo se le ocurría traer al enemigo justo hasta dónde estaban ellos? Antes de que el hombre les pudiera atacar cayó al suelo desplomado como un peso muerto.
Aníbal volvió a su forma normal y chocó los cinco con Mike que sonreía victorioso por su jugada.
-¿Qué le habéis hecho?- Marck miraba como el tipo no hacía ningún movimiento. Parecía que estaba dormido.
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Perseguida
FantasíaEl fuego lo destruye todo. Ella deberá aprender a controlarlo para no dañar a los que quiere y para protegerse. Una persecución constante. Todo un mundo en juego. Tendrán que luchar y pelear por aquello que crece dentro de ellos. Ocultarse y huir ya...