Capítulo 15

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Mi rostro se sonrojó al escuchar que Ethan había dicho que me miraba bonita. Yo nunca recibía cumplidos, y mucho menos de chicos que fisicamente eran bastante guapos. Solo esperaba que Ethan no haya notado el color carmín en mi mejillas.

De camino a mi casillero me encontré con la castaña más amable que pude haber conocido en esta escuela.

-¿Quedamos para comer más tarde? –Cuestionó Alice cuando estuvo frente a mi.

-Claro.

-Perfecto, tengo cosas que contarte sobre la fiesta de anoche. -Sonrió con malicia y emoción a la misma vez.

Me es difícil decifrar a que se refiere con eso.

-Supongo que es un tema relacionado con tu James. -Observé el rostro de la chica frente a mi, y ella solo sonrió como respuesta. -Miré a Ethan. Compartimos clase.

-Oh, es cierto, olvidé mencionarte que mi primo pasaría un tiempo aquí en la ciudad.

Al cerrar mi casillero el ruido que provocó fue fuerte. Hice una mueca de disculpa, aunque no sabia con quien exactamente me estaba disculpando.

-Si él mencionó eso cuando lo encontré fuera del salón.

Alice me sonrió pícaramente. Yo solo rodé los ojos ante semejante sonrisa por parte de mi castaña amiga.

Después de un par de clases más, me reuní con Alice en la cafetería justo como habíamos quedado horas antes en los casilleros.

La chica hablaba y hablaba sobre todo lo que había pasado la noche anterior con James. La estaba escuchando pero mis ojos no estaba mirándola, no estaban prestándole a Alice, solo buscaban entre las mesas. Miraba a todas las direcciones posibles menos a mi amiga frente a mi. 

Sentia una gran necesidad de hacer una pregunta que estaba rondando por mi cabeza desde que llegamos a la cafetería. La voz en mi cabeza me pedía a grito que de una vez por todas callara a Alice y le preguntase donde demonios estaba Erick.

Este comportamiento mental me estaba matando de la curiosidad. Quería, necesitaba, deseaba saber el paradero del chico que pude ver la noche anterior solo usando ropa interior. Y es que el solo recordar su cuerpo bien trabajado me hacia pensar en cosas que nadie más me hizo pensar alguna vez.

Mi mente estaba cambiando de una manera inexplicable. 

Parece que era muy necesario conocer a Erick, para que mi mente le trasmitiera reacciones a mi cuerpo, que creí que nunca iba a sentir.

No podía preguntarle a Alice sobre Erick. No sabía como iba salir mi voz cuando hiciera la pregunta. Preferí quedarme callada, y esta vez ponerle atención a mi amiga.

-...Creí que iba a ponerme nerviosa cuando James habló conmigo, pero creo que lo hice bastante bien. 

Le sonreí a Alice, sin saber que más hacer.

-Creí lo mismo.

-Señoritas... -Habló Ethan llamando la atención.

Alice dejó de hablar sobre el tema de James, supongo que no se sentía cómoda al hablar del chico que le gusta, frente a tu primo.

-Demonios Alice, esa es mucha comida para una chica. -Bromeó Ethan mirando el plato de Alice.

-Entonces desde ahora podré denominarme como un chico. 

Alice robó un poco de la comida de Ethan.

-Ni siquiera un chico come esas cantidades. -Contraatacó Ethan burlándose de Alice.

Los tres reímos antes aquel comentario.

-¿Erick vendrá más tarde? -Cuestionó Ethan.

-Supongo. -Alice se encogió de hombros de forma despreocupada.

¿Sería prudente preguntar dónde estaba Erick? 

-Imagino que su ausencia se debe a una gran resaca. 

Tal vez ese comentario es apropiado para sacar una respuesta que satisfaga a mis oídos.

-Exactamente. -Respondió Ethan guiñando un ojos. -Su cara esta mañana pedía a gritos una pastilla que le ayudara con ese terrible dolor de cabeza.

-Esa resaca la tiene bien merecida. –Añadió Alice.

El día transcurrió y las clases terminaron, pero yo tenía que quedarme un rato en la biblioteca. Acompañé a Alice hasta el pasillo que separaba nuestros caminos a nuestros destinos; la salida y la biblioteca.

Caminé hacia la biblioteca con cansancio. Prefería hacer mi tarea sobre una investigación. Era mejora pasar un par de horas más en la escuela que cargar todos los libros que iba a necesitar.

Mientras caminaba por el recibidor de la biblioteca, busqué con la mirada una mesa sola, y de preferencia, alejada de las personas.

Dejé mis cosas sobre la mesa y caminé hacia los estantes llenos de libros para buscar los que necesitaría. Tal como lo predije, encontré dos grandes libros llenos de toda esa mierda que necesitaba para hacer mi investigación.

Imagino que pasaron veinte minutos cuando yo ya estaba bastante aburrida y con bastante hambre. Mi investigación iba bien, pero quería tomarme un pequeño descanso de media hora por lo menos.

Con mi cabeza apoyada en el brazo que tenia sobre la mesa, daba pequeños toques en mi cabeza con mis dedos. Tenía que terminar esta investigación antes de que se hiciera más tarde. No quería morir de hambre.

Cada toque que me daba en la cabeza con los dedos, me recordaba al latido del corazón de Erick  cuando su pecho estuvo pegado al mío para cubrir mi ropa interior de aquellos chicos en la fiesta.

Erick era jodidamente guapo, y estuve tan cerca de su pecho desnudo. 

Sonreí al recordar el momento.

-Espero que esa sonrisa sea provocada por algún recuerdo mío. 

Alcé la vista, y tragué saliva con miedo de que esto provocara un sonido que no quería que fuera escuchado por el chico de pie frente a mi.

-Erick.







El primer año eterno (Completa/Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora