Capítulo 5 Nuevos enemigos

43 13 27
                                    

—Corre y busca a tu madre, lo detendré lo más que pueda —me dijo el jade, pero en ese preciso instante apareció mamá del lado opuesto al que estaba el jade adulto.

—Querida Victoria —le saludó sonriendo, por lo que noté, aparentemente se conocían —Un gusto volver a verte, nuestro último encuentro no fue el mejor, pero me divertí —continuó con una sonrisa mientras bajaba, luego puso su mirada en mí y agregó —Y veo que tu dulce pequeña ha crecido y ya conoció a mi hijo —el jade novato volteó a ver a mi madre y cuando ella notó sus ojos se puso furiosa a un nivel que pocas veces he visto, bajó rápidamente y lo alejó de mí tomando su brazo y lanzándolo hacia una roca con fuerza.

—Aléjense de mi hija —amenazó seriamente mi madre, el jade veterano se acercó al jade novato  moviendo la cabeza y el dedo índice de lado a lado en una señal de no mientras chasqueaba la lengua.

—Esa no es forma de tratar a mi hijo —le dijo a mi madre ayudando al "jade" novato a levantarse, pero él lo rechazo, mirándolo con desprecio.

—Suéltame —expresó, pero se cayó porque su tobillo estaba torcido.

—Ves lo que pasa cuando no te alimentas con lo que debes —parecía regañarlo —Si quieres curarte, tienes tu cura justo enfrente, aliméntate de esa "zafiro" —incitó señalándome y mi madre se puso delante de mí.

—¡Nunca haré eso! ¿Me oíste? No la lastimaré —respondió el "jade" aún en el suelo.

—Parecías más fuerte cuando te conocí, creí que peleabas por sobrevivir, pero cumpliste tu propósito y estoy agradecido —habló en un tono de felicitación tomándolo de sus mejillas levantando su cabeza para luego volverla a tirar al suelo.

—Miranda, ayúdalo por favor, no quiero que muera tan pronto —agregó y una maga con las mismas características que describió el "jade" apareció detrás, se quitó uno de sus guantes, tocó su tobillo y empezó a curarse incluso más rápido de lo que yo podría.

—¿Cómo nos encontraste? —preguntó mi madre al "jade" veterano.

—¿Cómo crees? Con su ayuda —dijo señalando al "jade" —Lo herí a propósito y lo envié a buscar a alguien que lo curase, sabía que el único ser cercano aparte de Miranda que podría ayudarlo era tu hija, la dulce Elizabeth.

Lo miré fijamente al escuchar mi nombre y me preguntaba cómo nos conocía, mamá podría encargarse de él así que en su lugar me centré en la chica a su lado que ocultaba su rostro.

—Así que tu bella "zafiro" expuso sus poderes y así la encontró, lo curó y luego se reunieron —continuaba caminando alrededor nuestro —Muchas gracias... Eli —pronunció calmado haciendo que me molestara esa forma de llamarme, entonces seguí observando a Miranda que cubría más su rostro con la capucha de la capa, pero notaba su cabello pelirrojo, su ropa negra y un cinturón con pequeños recipientes de vidrio.

—¿Por qué haces esto?¿Por qué lo ayudas a intentar matarme? Sabes que eso es considerado traición —hablé directamente criticando su actuar —Ustedes nos ayudan y están en contra de lo que hacen los "jade" porque somos parte humana y protegen a los humanos —agregué llena de amargura.

—Tú no sabes nada —me dijo seriamente —Solo eres una "zafiro" tonta que no conoce el dolor, tu clase asesinó a mis padres dejándome huérfana a los cinco años y nadie hizo algo por protegerme, de no ser por Nicolas que llegó a asesinar a esos "zafiro" yo también estaría muerta ahora —dijo serenamente reteniendo de una manera impresionante su enojo.

—Me debe lealtad por cobrar venganza en su nombre y no podrás hacer nada por cambiarla de bando, además no me teme porque sabe que solo asesino a vampiros como tú —informó Nicolas con abundante tranquilidad—. Victoria no me retrases, no te quiero asesinar, solo a tu pequeña Eli, pero si te interpones tendré que hacerte daño —dijo haciéndole una señal a Miranda.

—No pienso permitir que la toques —respondió con valentía mi madre.

—Mala decisión ¡Miranda! —exclamó, ella se quitó ambos guantes y se abalanzó sobre mi madre, ella reaccionó rápidamente dando la vuelta y la tomó de las muñecas, con su fuerza la arrinconó hasta la roca mientras el "jade" me mostró los dientes y saltó sobre mí, esquivé su ataque dando un giro, me siguió y trepé a un árbol, pero lo empujó hasta que cayera, salté y me puse frente a él, le hice un rasguño en la parte derecha de su brazo, en un descuido tomó el mío y se puso detrás mío a punto de morderme el cuello, pero lo levanté y lancé por sobre mí, se puso de pie y se abalanzó, pero salté sobre él. Mi madre mientras tanto estaba a punto de arrancarle los brazos a la maga si no se rendía voluntariamente.

—¿Sabes? lo increíble de mi magia es que aunque la tengo en las manos puedo expandirla por todo mi cuerpo —la escuché decir y las manos de mi madre empezaron a tornarse como la pierna del "jade" y cayó de dolor arrodillada, la maga la golpeó en el rostro y empezó a patearle el abdomen hasta incapacitarla, luego se acercó para ayudarlo a matarme, me lancé sobre el "jade" y me puse sobre su cabeza iba a hacerle una llave, pero me sujetó y lanzó hacia un árbol golpeando mi brazo que empezó a sangrar se acercó y yo retrocedía arrastrándome cubriendo la herida.

Me sujetó del cuello y levantó, abrió su boca para morderme, pero justo al encontrarse muy cerca el "jade" novato lo empujó hacia un pozo que habían cubierto cazadores para capturar algún animal.

—¿Te mordió? —me preguntó y respondí que no moviendo la cabeza —Bien —dijo y me cargó sobre su espalda mientras Miranda se acercó a nosotros y el "jade" tomó un tronco y lo lanzó sobre ella quedando atorada, luego empezó a correr, pero el otro "jade" salió del pozo y nos persiguió hasta una cascada, la misma a la que saltó el día anterior, volteó para buscar otro camino, sin embargo, el otro "jade" apareció y quedamos de espaldas a la cascada.

—¿Por qué la proteges hijo mío? —dijo acercándose con las manos en los bolsillos de su abrigo.

—No soy tu hijo —respondió el "jade".

—Pero nos parecemos tanto.

—La protejo porque me salvó la vida y siempre le estaré agradecido, no voy a olvidarlo —dijo llegando al borde de la cascada.

—Bueno, veo que al igual que Victoria tú tomaste una mala decisión —y se abalanzó sobre nosotros, recordé que había guardado la linterna que me había dado mi madre la saqué velozmente apunté con ella al "jade" y la encendí.

Juntos Bajo El Mismo CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora