Capítulo 2 Un personaje misterioso

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Luego de la pequeña experiencia en el bosque mi madre y yo nos dirigimos directamente a casa con papá, un hombre alto con el cabello oscuro y los característicos ojos ámbar, me esperaba con el almuerzo que había cocinado. Mi madre se dirigió a su habitación a empacar y no le conté nada sobre lo sucedido a él hasta terminar de almorzar, luego subimos a verla quien ya tenía listas nuestras maletas.

—Debemos irnos Davd. La encontraron —comunicó a papá acercándole una.

—¿Cómo es posible? Los Edevane están vigilando siempre —habló él sin ponerse la mochila.

—No lo sé, pero ya no es seguro para Elizabeth estar aquí —dijo mi madre cuyos cabellos castaños ondulados se movían de un lado al otro —Lizzie, toma esto y baja a encender el auto.

Esta escena ya me era demasiado familiar, luego de salir del castillo de mis abuelos la había vivenciado como unas cuatro veces, esta se convertiría en la quinta y descubrí que resultó ser el límite de mi obediencia.

—Creo que no quiero irme —confesé con tranquilidad, aún pensativa y dubitativa apoyada sobre el marco de la puerta.

Ambos voltearon a verme al oír mis palabras.

—¿Lizzie? —llamó mi madre.

—No quiero irme —afirmé con mayor seguridad —Hemos pasado por esto cuatro veces ya y a diferencia de las anteriores tengo una carta de aceptación a la escuela que me motiva a permanecer aquí —manifesté señalando hacia mi habitación con un tono solemne.

—Podría llevarte inconsciente con facilidad —respondió mi madre soltando las mochilas que cayeron al suelo.

—¿Quieres intentarlo? —la reté aún sabiendo que perdería.

—Lizzie... Victoria... —papá se encontraba en medio tecleando su teléfono.

Empezó a sentirse una ambiente tenso alrededor que posiblemente terminaría en la destrucción de gran parte de la casa.

—Bueno, tenías razón, la adolescencia es problemática —dijo mamá dirigiéndose a papá que sonrió por haber tenido razón.

—Es una zafiro, pero de todas maneras es adolescente, desde que nació te pedí que leyeras sobre esto, pero nunca lo hiciste.

—Pasé por la etapa de la rebeldía hace tanto que ya ni me acuerdo —apoyó su frente en su mano y continuó hablando con papá ignorándome por completo.

Aclaré mi garganta para recordarles que seguía aquí y voltearon a verme. Papá tenía cierta habilidad para distraer a mamá siendo él una de sus debilidades más amadas y me di cuenta que al igual que yo, él no veía la actual situación como una grave riesgo tratando de mostrárselo a mamá.

—Escúchala y luego toma una decisión —sugirió finalmente papá tomando asiento.

Mamá se acercó a mí y colocó sus manos sobre mis hombros.

—Tienes toda mi atención.

—Mamá, sé cuidarme, he practicado contigo y la maestra toda mi vida. No me arriesgaré a que me descubran y si pasa me encargaré de solucionarlo, lo prometo.

Mis padres se miraron entre sí y yo me mantuve firme en mi decisión, ella propuso la idea de asistir a otra escuela, pero eso resultaría complicado habiendo pasado la etapa de inscripciones. Luego de una larga charla que pareció eterna logré que aceptara que no nos fuéramos, pero debía tener mucho cuidado en la escuela y a partir de ahora no solo por los humanos sino por ese "jade" que posiblemente trataría de atacarnos.

El teléfono de papá sonó al instante en que logré convencer a mamá y él se lo extendió para que atendiera.

Edevane, alcancé a leer el nombre de contacto que llamaba.

Juntos Bajo El Mismo CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora