Capítulo 7 Entrenamiento

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Recordé cuando me dijo eso a mí y una ligera sonrisa se formó en mi rostro al volver a escuchar esas palabras luego decidí bajar a hablar con mi padre que continuaba hablando con el "jade" sobre su cambio en vampiro.

—Eres como un bebé —le dijo finalizando su conversación tocándole el hombro y al jade no pareció molestarlo, al contrario, sonrío ampliamente con diversión.

—Papá —lo llamé tímidamente para detener tan extraña escena —¿Qué haremos ahora? —pregunté cruzándome de brazos y sentándome en el sillón frente a él.

—Primero, investigaremos quiénes son y dónde se esconden para poder capturarlos.

—Me refiero a lo de asistir a la escuela, el riesgo es mayor del que suponía —expresé angustiada.

—Calma, es el mismo proceso de siempre, los Edevane actuarán con rapidez y atraparan al jade.

—¿Entonces ellos se lo llevaran también? —cuestioné dirigiendo mi mirada al jade que había estado de espectador en nuestra charla.

—Claro que no —negó rotundamente —Es su objetivo al igual que nosotros, me encargaré de que sea protegido —manifestó con seguridad dispuesto a intervenir a su favor frente a los Edevane —Además es alguien que puede protegerte  —agregó viendo al "jade".

Rechacé su idea con exageración porque no quería que alguien tan poco discreto estuviera recorriendo las calles con tranquilidad —Podría romperle los huesos a alguien, no sabe medir su fuerza como un...  —me abstuve de volver a llamarlo bebé en esta ocasión —... niño pequeño, llamaría mucho la atención, sin mencionar que es muy malo en el combate físico.

—Fue de ayuda para que ambas regresaran a salvo, tal vez no sea el más sensato, pero nadie lo es al principio —mencionó mi padre

Resoplé —De acuerdo —acepté pensándolo más a fondo, siendo realista aunque era más fuerte que yo no sabía defenderse lo cuál lo volvía un oponente muy fácil de derrotar.

—No hay necesidad, no soy tan malo —lo negó poniéndose de pie, pero se lo demostré haciéndole una llave enfrente de mi padre que sonrió al verlo tirado en el piso.

Lo ayudé a levantarse y aceptó que lo entrenara. En unas tres horas, ya de noche mi madre se sentía mejor y mientras papá preparaba la cena para nosotros, ella llevó al "jade" a comer  para hacerle también un pequeño interrogatorio, en todo momento su mirada se mantenía fija en él y alerta a cada uno de sus movimientos.

Al terminar de cenar casi a las 7:00pm, mi madre se sentó en el sofá con los brazos cruzados y pronunció con sinceridad —Mi confianza en ti es inexistente, pero si te vas te torturarán o asesinarán —dirigiéndose al "jade"—Te daré una oportunidad de demostrar que no eres nuestro enemigo —agregó viéndolo fijamente a los ojos.

Le pidió a mi padre que lo llevara al cuarto de huéspedes, él lo hizo con familiaridad para calmar la tensión, lo encadenó de tobillos y muñecas evitando que quedara en una posición incómoda y disculpándose ya que era la única forma en que mi madre le permitiría quedarse.

Mientras tanto, llenaba la habitación de abundante perfume para disfrazar su olor, escuché a mi madre en su habitación sacando lo que parecía una maleta que estaba escondida debajo de su cama y también polvoriento por el soplido que le dio —Buenas noches —se despidió el "jade" cuando mi padre y yo salimos de la habitación, me dirigía a mi habitación a dormir, pero mi madre me llamó cuando estaba por abrir la puerta, fui a dónde estaba y me mostró el maletín que estaba lleno de pequeños recipientes.

—¿Qué son esos? —pregunté luego de darles un vistazo.

—Son frascos de perfume —respondió ella.

Juntos Bajo El Mismo CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora